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Radiografía al votante probable

Radiografía al votante probable
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Tomamos la base de datos de la encuesta CEP, construimos un índice para afinar el foco sobre quiénes en noviembre pueden efectivamente llegar hasta las urnas. O sea, intentamos acortar la brecha entre los que sólo opinan y los que de verdad se levantan y votan. Las sorpresas no son menores: Piñera queda menos de dos puntos arriba de Guillier en segunda vuelta.

Desde que en 2013 se estrenaron las elecciones voluntarias en Chile y el abstencionismo fue ganando terreno hasta superar el 60%, la intención de voto que los ciudadanos manifiestan en sondeos previos a la votación es menos acertada.

No se trata de que los ciudadanos mientan, ni de que las empresas hagan mal la pega, sino que, como se ha visto también en los actos electorales en otros países, una cosa es manifestar por quién votaría y otra es si esa persona va a ir al recinto de votación a emitir el sufragio.

“El conocer e identificar al ‘votante probable’ es el gran desafío que tienen hoy las encuestas” señala Juan Pardo, director de investigación de la consultora Feedback.

Para afinar el foco en las opiniones de quienes podrían conformar el grupo de los votantes más probables, tomamos la base de datos de la última encuesta del Centro de Estudios Públicos, esa cuyo trabajo de campo se realizó entre abril y mayo y que fue dada a conocer en junio. La base de datos, con la que se pueden realizar los cruces, eso sí, salió a la luz hace sólo unas semanas.

En dicha encuesta, que es cara a cara, representativa de todas las localidades con más de 40 mil habitantes y cuyo margen de error es de más/menos 3 puntos, hay cinco preguntas que apuntan a conocer la intención de ir a votar y conductas pasadas en cuanto a elecciones. Con esas construimos un índice. Según este, el 49% de los chilenos en edad de votar podrían ser un “votante probable”.

Luego tomamos las respuestas de ese grupo y las cruzamos con varias otras para conocerlos un poco (qué tan optimistas son, cómo valoran su situación económica, o cómo se definen ante los llamados temas valóricos).

Por último, las cruzamos con la intención de voto en primera y segunda vuelta. Las sorpresas no fueron menores: quienes presentan una mayor predisposición a votar, en un escenario de segunda vuelta dejan a Sebastián Piñera y Alejandro Guillier a menos de dos puntos. La diferencia entre ambos se acorta a 1,6 puntos (totalmente dentro del margen de error).

Una advertencia antes de que siga leyendo: esta encuesta el CEP la realizó antes de que corriera toda el agua que ha pasado por el puente político en estos dos meses: fortalecimiento de apoyo a la candidata de Revolución Democrática, Beatriz Sánchez, (quien le robaría votos por la izquierda a Guillier); campañas políticas para primarias, donde Piñera tuvo que soportar los ataques de Manuel José Ossandón; franjas televisivas donde los desconocidos Alberto Mayol del Frente Amplio y Felipe Kast de Chile Vamos se presentaron en sociedad; o los desencuentros entre los partidos de la Nueva Mayoría y sus candidatos Guillier y Carolina Goic de la DC.

¿Cuál es la relevancia de estos datos entonces, si las encuestas son radiografías de un momento? Pardo lo resume así: “Intentar identificar al votante más probable, sea de abril o mayo, nos da una línea de base para ver si me mueve o no su intención de voto a medida que avanza el proceso electoral”.

El empate técnico

Cuando en junio se dio a conocer la intención de voto presidencial para noviembre, en el total de la encuesta Sebastián Piñera lideraba con un 23,7% seguido por casi 10 puntos más abajo por Alejandro Guillier (12,8%). Cuando se desagrega por el votante más probable, en ese grupo el ex presidente sube a 26,9% y el senador de la II Región a 16,4%. Hasta ahí casi no hay diferencia. Recordemos que esa pregunta es abierta, es decir, cada encuestado debe conocer el nombre. Pero el asunto cambia entre los votantes más probables cuando se le cierra el arco en un escenario de segunda vuelta. Pues ahí, en una eventual segunda vuelta entre Piñera y Guillier la diferencia es de apenas 1,6 puntos. Mientras el primero obtiene 37,9% de las preferencias, el segundo llega a 36,3%. Algo muy distinto a cuando los resultados se suman los que tienen menor probabilidad de votar. Pues ahí, Piñera obtiene 32,9% y Guillier el 28,7%.

Otro dato: entre los votantes más probables Guillier se fortalece en Región Metropolitana con un 39,8% de las preferencias y Piñera en regiones, con un 42,7%. 

Gráfico hecho en base a Estudio Nacional de Opinión Pública Nº 49 – Tercera Serie, Abril-Mayo 2017. [Computer File]. CEP0079-v1. Santiago: Centro de Estudios Públicos.

Menos negativos

En el subgrupo de los votantes probables se respira un poco más de optimismo o satisfacción con la actual vida que llevan que entre quienes tienen menor propensión a ir a votar en noviembre. Por ejemplo, 7 de cada 10 se declara mayoritariamente satisfecho con su actual vida y un 22,6% estima que la situación económica del país mejorará en los próximos 12 meses (contra un 15% que opina lo mismo entre los menos interesados en votar). Podría ser que en esto influyera los años de escolaridad: pues entre los más probables votantes un 39% estudió 13 o más (en los otros, es 29%). Y como se sabe a mayor escolaridad, mayores ingresos.

Sin embargo, hay evaluaciones ante las cuales coinciden: 66% estima que el país está estancado.

Gráfico hecho en base a Estudio Nacional de Opinión Pública Nº 49 – Tercera Serie, Abril-Mayo 2017. [Computer File]. CEP0079-v1. Santiago: Centro de Estudios Públicos.

¿Más conservadores?

En la agenda político-valórica cuatro temas han estado rondado: aborto, eutanasia, matrimonio igualitario, adopción por parte de parejas del mismo sexo. El CEP preguntó por los primeros tres temas.

Respecto al aborto, en ambos grupos la opinión es similar: Por ejemplo, un 27,4% de los menos interesados en votar manifiestan que debe estar prohibido siempre, versus el 26,5% entre los votantes probables.

En cuanto a la eutanasia, el grupo de más probable votante es más conservador que los otros: sólo un 12,5% estima que debe estar permitida siempre frente a un 16,3% que opina lo mismo entre quienes no irían a votar. Sin embargo, si están más disponibles para que se permita “en casos especiales”: 58,9% así lo cree (4 puntos más que entre los que no tienen).

Un tema donde sí hay diferencias es respecto al matrimonio igualitario. Aquí las personas que tienen una menor probabilidad de votar tienen una postura clara a favor. 

Gráfico hecho en base a Estudio Nacional de Opinión Pública Nº 49 – Tercera Serie, Abril-Mayo 2017. [Computer File]. CEP0079-v1. Santiago: Centro de Estudios Públicos.

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