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Cómo un científico inglés ocultó un laboratorio secreto en uno de los monumentos más famosos

Cómo un científico inglés ocultó un laboratorio secreto en uno de los monumentos más famosos
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El Monumento conmemora el Gran Incendio de Londres, ocurrido en el siglo XVII. No obstante, su creador siempre pensó que podía ser mucho más: una enorme herramienta científica en medio de la capital británica.

"Ya voy a abrir la escotilla", dice Richard Smith, encorvado en la taquilla de "The Monument" (El Monumento), uno de tantos sitios históricos que constituyen atracciones turísticas de la capital británica.

Pero esta columna de piedra de 61 metros de alto, decorada con dragones y coronada por una urna resplandeciente con forma de fuego que recuerda el Gran Incendio de Londres de 1666, esconde secretos insospechados para turistas y locales por igual.

Smith examina el suelo de tablas de roble como si escondiera una cámara secreta, como si estuviéramos en una película de Indiana Jones.

Encima de él, hay un escritorio lleno de diplomas que dicen "Este documento certifica que ha subido los 311 escalones del Monumento".

Pero en realidad son 345.

En el interior, una impresionante escalera de caracol se extiende hasta la parte superior y se retuerce como la cáscara de una naranja cortada en una cinta única y continua.

Durante años, una placa agrietada pegada a la base explicó que había sido diseñada por Sir Christopher Wren, quien diseñó grandes edificaciones británicas, como la catedral de San Pablo.

Este dato tampoco es enteramente veraz.

Tiene mucho sentido pensar que uno de los monumentos más apreciados de la capital británica haya sido realizado por el arquitecto más famoso de Reino Unido.

De hecho, Wren estuvo ampliamente involucrado en la reconstrucción de Londres después del Gran Incendio.

Pero en realidad, el Monumento fue diseñado por su amigo íntimo: un científico.

El verdadero arquitecto

Su nombre fue Robert Hooke, un hombre de muchas pasiones que aplicó su mente inquisitiva a temas tan diversos como la química y las creencias populares sobre los sapos.

En su época, era tan famoso que fue llamado el "Leonardo de Inglaterra" y "el más grande inventor del mundo".

Hoy en día su nombre ha sido en gran medida olvidado, pero algunas de sus contribuciones han perdurado.

Fue él quien acuñó la palabra "célula" para describir la unidad básica de la vida.

Ideó también la ley de elasticidad de Hooke -útil, pero poco interesante- y otros mecanismos que todavía se utilizan en relojes y cámaras.

Tras el incendio, Hooke probó también el campo de la arquitectura y diseñó hospitales, edificios civiles e iglesias por toda la ciudad.

No tuvo mucha fama en este ámbito. En parte, porque la mayoría de sus obras fueron firmadas al final por Wren y erróneamente atribuidas a él y, en parte, porque algunos proyectos fueron realmente malos.

Uno de ellos bue el hospital siquiátrico Bethlem Royal.

En tiempos en que estaba de moda donar dinero para obras de caridad, el hospital fue diseñado más para los visitantes que los pacientes. El foco en la estética era tan extremo, que se convirtió en blanco de la bromas populares, que lo tildaron de "palacio para lunáticos".

Entre otros, contaba con una fachada tan adornada que agrietó el edificio con su peso. Y el jardín estaba rodeado por unas columnas increíblemente bajas. Es posible que los pacientes se hallan escapado, pero al menos no oscurecieron el esplendor del edificio...

Al día de hoy, se lo tiene por sinónimo de caos.

Fue en esta época cuando diseñó el Monumento.

Inicialmente, se suponía que era sería un homenaje a las víctimas del incendio, pero "en realidad lo que Hooke quería era construir un telescopio muy grande", asegura Maria Zack, una matemática de la Universidad Nazarena de California.

Al final, decidió que su proyecto combinaría las dos ideas.

La construcción

Tras el incendio, el inventor decidió que la estructura del Monumento debería ser de piedra, para protegerlo de cualquier incendio futuro.

Una estatua de Robert Hooke
Una estatua de Robert Hooke

Para eso, pidió 798 metros cúbico de la piedra más fina de Portland, con un peso equivalente a unas 14 ballenas azules.

La construcción tomó seis años y Hooke se enfrentó a más de un obstáculo.

El rey emitió una proclama que prohibía transportar rocas desde la isla de Portland y, poco después, a alguien se le ocurrió que la cúpula del Monumento debería tener una estatua del monarca.

La idea del telescopio pareció entonces irse al suelo?

Por suerte, el rey rechazó la idea de colocar una estatua suya allí. No por humildad, sino por temor a que pudiera ser interpretado en el futuro como que él fue el responsable del incendio.

Hooke se salió con la suya y el Monumento fue terminado en 1677.

Visita al Monumento

Mi guía para la visita es un londinense con un acento peculiar y un entusiasmo contagioso por esta enigmática columna.

Levanta finalmente la escotilla -que se puede identificar malamente por un par de bisagras de hierro forjado- y desaparece bajo tierra.

La escotilla lleva a más escaleras.

Una imagen en sepia de uno de los puentes de Londres
Una imagen en sepia de uno de los puentes de Londres

Finalmente nos encontramos en una habitación con techo abovedado.

Las antiguas paredes de ladrillo están desnudas y se caen a pedazos. Huele a húmedo.

Esta es una parte donde los visitantes tienen prohibido el paso.

La sala está vacía. Solo hay un enrutador inalámbrico y algunos sensores.

"Cuando construyeron el edificio de al lado hace un par de años, tuvieron que asegurarse de no golpear accidentalmente esta estructura que era hace unos siglos un laboratorio de física de vanguardia", afirma Smith.

Luego me lleva al centro de la habitación y mira hacia arriba: a través de una reja de metal, hay una visión clara de todo el interior del Monumento, desde la escalera de caracol, hasta el punto más alto del edificio.

Justo en la parte superior, se aprecia la urna dorada que, cuando se abre, permite ver el cielo nocturno.

Hooke dispuso dos lentes gigantescas en cada extremo del "tubo" del monumento y así quedó listo uno de los telescopios más grandes vistos hasta entonces en Londres.

Fue desde aquí que el inventor diseñó un novedoso experimento para comprobar que la Tierra giraba alrededor del Sol siguiendo el movimiento de los astros.

Pero el Monumento estaba en la calle de Fish Street Hill, que era la principal ruta en esa época hacia el puente de Londres, uno de los caminos más transitados de la capital británica.

Muy pronto, las vibraciones del tráfico arruinaron todo: las lentes se corrían y el telescopio dejó de ser funcional.

Pero Hooke no se dio por vencido.

Otras "novedosas" invenciones

En aquella época no había muchos edificios altos. Tan era así, que Hooke se vio forzado a trepar los campanarios de la Abadía de Westminster o la Catedral de San Pablo para llevar a cabo ciertos experimentos.

Un dibujo del barómetro de rueda de Hooke
Un dibujo del barómetro de rueda de Hooke

Ahora tenía en el Monumento su propio "laboratorio de altura", particularmente para estudiar los efectos en la presión atmosférica.

Había planeado el Monumento con mucho cuidado: cada escalón tenía exactamente seis pulgadas de alto para poder seguir detalladamente los cambios con el uso de un barómetro.

Entre la parte superior y la inferior de las escaleras, notó que el nivel de mercurio disminuyó en un tercio de pulgada.

Confirmó así que la presión del aire disminuye con la altitud.

Fue, finalmente, el primer y único experimento exitoso realizado en el Monumento.

¿Quién va a ser el aguafiestas que recuerde que ya eso se había comprobado tres décadas antes, con un experimento tan fácil como subir una montaña?

Lee la historia original en inglés en BBC Future

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