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Campesino peruano inicia batalla legal contra gigante alemán de la energía

Campesino peruano inicia batalla legal contra gigante alemán de la energía
T13
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Un tribunal de apelaciones estimó el recurso de Saul Luciano contra la compañía RWE, a la que exige que asuma la responsabilidad de los efectos que el cambio climático está teniendo en su comunidad en la cordillera de los Andes.

Un campesino peruano logró una inesperada victoria judicial en su lucha contra quienes él considera responsables del cambio climático y de los peligros que este acarrea para su comunidad.

Saul Luciano Lliuya reclama que la compañía alemana RWE pague por haber contribuido al deshielo de los Andes y al consiguiente aumento del nivel del agua de la laguna Palcacocha, lo que podría producir inundaciones y sequías en las tierras de Saul y sus vecinos en la localidad de Huaraz, en el oeste de Perú.

Un tribunal de apelaciones de la ciudad de Hamm, Alemania, decidió admitir a trámite la demanda, en contra de lo resuelto inicialmente por una instancia inferior de Essen.

En conversación telefónica con BBC Mundo, el demandante dijo que "las montañas se están derritiendo, las lagunas se están desbordando y compañías como RWE han contribuido a que eso suceda".

La firma alemana calificó la demanda de "injustificada" e "inaceptable" porque no puede hacerse a una sola compañía responsable del calentamiento global.

Saul Luciano, junto a su abogada, en el juzgado de Essen que en primera instancia rechazó sus argumentos.
Saul Luciano, junto a su abogada, en el juzgado de Essen que en primera instancia rechazó sus argumentos.

También destacó que en los últimos años ha invertido miles de millones de euros para reducir los efectos contaminantes de su actividad de acuerdo con las directrices de las autoridades de su país para abandonar progresivamente los combustibles fósiles.

La decisión del tribunal de Hamm no implica la culpabilidad de la compañía, pero abre la puerta a que sea condenada en el proceso judicial que probablemente se iniciará ahora.

La ONG ecologista alemana Germanwatch costea el abogado de Luciano y sus pasajes cuando tiene que viajar al país europeo.

Fue un amigo que conocía a los activistas de Germanwatch el que le aconsejó que se pusiera en contacto con ellos.

Luciano celebró la reciente decisión judicial, pero advirtió de que "la deshielo continúa y va seguir igual" si no se toman medidas decididas para frenarlo.

Preocupación por la sequía

De 38 años y padre de dos hijos, asegura que creció en una familia de agricultores y que ahora se gana la vida gracias a las cabezas de ganado que posee y su actividad como guía de montaña.

Creció en el entorno formado por las cimas andinas, unas cumbres nevadas que cada vez lo están menos, por cuyo futuro se dice inquieto.

"Mi preocupación es qué haremos cuando perdamos ese recurso glaciar, porque vamos a tener problemas por la falta de agua", asegura.

Una planta de la compañía RWE en Niederaussem, Alemania.
Una planta de la compañía RWE en Niederaussem, Alemania.

Al problema de la posible sequía, se suma el de las inundaciones.

"Los datos históricos muestran que esa gran laguna era masa glaciar y el peligro es que toda esa agua que se ha formado termine desbordándose, como ya sucedió en 1941", alerta.

Según su relato, las aguas de la laguna han alcanzado un nivel máximo y las autoridades locales ya están drenando agua para evitar que las zonas colindantes resulten anegadas.

Los lugareños también han tenido que construir unas vallas protectoras, por cuyo coste Luciano quiere que pague RWE.

Pero, ¿por qué tendría una empresa alemana que hacerse esta responsable de los perjuicios que ocasiona un problema global como el cambio climático a unos campesinos de Perú?

El recurso judicial de Luciano se basa en un estudio científico de 2013 que asegura que RWE es responsable del 0,5% de las emisiones globales "desde el comienzo de la industrialización" y solicita que asuma su parte de responsabilidad.

La corte de Hamm ha dado provisionalmente crédito a este argumento.

Luciano explica que eligió demandar a RWE y no a otra compañía porque es una de las más contaminantes de Europa y él tiene la "confianza de que en Alemania hay un buen sistema judicial".

Un largo pulso

Su batalla, que está lejos de terminar, comenzó en 2015. Entonces escribió una carta a los directivos de la empresa alemana de la que se hicieron eco medios internacionales.

El granjero afirma que "esto no ha sido fácil" y cuenta que ha sufrido críticas de vecinos suyos que no entienden el porqué de su lucha porque no alcanzan a comprender el cambio climático y sus consecuencias.

"Hubo hasta quien dijo que me iba a Alemania a vender la laguna", cuenta entre risas.

Ahora, tras este primer éxito parcial ante la justicia, se muestra resuelto a perseverar hasta que RWE pague.

Aunque, matiza, "con toda la plata que tienen quizá no puedan reparar los daños, porque los daños son irreparables".

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