Tendencias

Mujeres Bacanas: Virginia Woolf, letras modernistas y un final trágico

Mujeres Bacanas: Virginia Woolf, letras modernistas y un final trágico
T13
Compartir
Su vida rupturista, sus novelas, su fuerte discurso feminista, sus tormentos psicológicos... Se conoce a Virginia Woolf incluso sin haber leído sus libros.

Es uno de los nombres clave de la literatura moderna. Su figura ha trascendido por su aporte rupturista; la narrativa de Virginia Woolf salió de la tradicional descripción de personajes seguidos de acciones concretas, con clímax y desenlace. Sus obras exploraron la conciencia humana y el monólogo interno utilizando formas líricas más propias de la poesía. La escritora modernista fue dueña de una originalidad creativa que desafió el tiempo lineal como espacio literario y jugó libremente con la identidad sexual de sus personajes.

Su vida, sus novelas, su fuerte discurso feminista, sus tormentos psicológicos –que luego serían tipificados como trastorno bipolar-, su trágico suicidio sumergiéndose en las aguas del río Ouse con los bolsillos de su abrigo cargados de pesadas piedras, y la desoladora carta de amor que dejó a su marido, han sido ampliamente tratados por la literatura, el teatro y el cine. Se puede conocer a Virginia Woolf, incluso sin haber leído sus libros.

Adeline Virginia Stephen nació en una familia formada por el novelista e historiador sir Leslie Stephen y Julia Prinsep Jackson, ambos viudos y con hijos de sus anteriores matrimonios. Creció en un hogar ilustrado y un entorno victoriano en el cual personajes como Henry James y Edward Burne-Jones eran invitados a la mesa. Las muertes de su madre, de su hermanastra Stella y luego de su padre, marcaron sus primeros episodios depresivos. Luego de salir de una profunda crisis nerviosa, Virginia se fue a vivir con sus hermanos Vanessa y Adrian a la calle Bloomsbury que se transformaría en el domicilio del grupo homónimo compuesto por intelectuales y artistas que participaban de fiestas, tertulias e incluso representaciones teatrales. El discurso del grupo Bloomsbury se basaba en un criterio estético y un rechazo a los valores de la clase media alta a la que pertenecían; no creían en la exclusividad sexual, por ejemplo. Ahí fue donde la escritora conoció al economista Leonard Woolf que en 1921 se transformaría en su marido.

Leonard fue su gran compañero y juntos formaron la editorial Hogarth Press. “Si alguien podía haberme salvado habrías sido tú. Todo lo he perdido excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas pudieran ser más felices que lo que hemos sido tú y yo”, le escribió Virginia antes de quitarse la vida. Durante la década de los 20 la escritora también mantuvo una relación íntima con Vita Sackville-West a quien dedicó la rupturista biografía Orlando (1928).

Las obras más emblemáticas de Virginia Woolf son La Señora Dalloway (1925), Al Faro (1927), Las Olas (1931), Entre Actos (obra póstuma) y el ensayo Una Habitación Propia (1929) que es sin duda una pieza elemental de la literatura feminista. “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción”, sentenció la escritora patentando las dificultades que tenían las mujeres para sobrevivir profesionalmente en un mundo de hombres. Woolf también destacó por su críticas literarias y sus particulares biografías como la genial recreación de la vida de los Browning contada a través de su perro Flush.

En 1941 el fascismo cundía por Europa, la II Guerra Mundial estaba en pleno desarrollo y la frágil estabilidad psicológica de Virginia una vez más tambaleaba. Un frío 28 de marzo se sumergió en las aguas del Ouse, cerca de su casa. Su cuerpo apareció varios días después y descansa bajo un árbol en Sussex.

Señal T13 En Vivo