Seguramente, más de alguna vez has visto o te has hecho con tatuaje de henna, un material que -a diferencia de los tatuajes reales- se borra con el paso de los días. Sin embargo, últimamente se han conocido casos en que esta simple acción se ha salido de control.
Este es el caos de Madison Gulliver, una pequeña de 7 años se hizo unas flores de henna en el brazo y las consecuencias fueron terribles.
Según informa el Daily Mail, todo comenzó cuando la niña y su familia se encontraban de vacaciones en Egipto y quizo realizarse un tatuaje temporal. Todo iba bien, pero al pasar las horas la pequeña comenzó a sentir picazón y aparecieron dolorosas ampollas en su piel.
Fue entonces cuando sus padres decidieron llevarla a un centro médico, donde la derivaron a un centro especializado en quemaduras. Ahí descubrieron que el tatuaje le había producido una reacción alérgica y había quemado la piel de la pequeña.
La henna negra que se ocupó para “tatuar” a Madison contenía un producto químico identificado como parafenilendiamina, que puede provocar alergia en algunas personas.
Los profesionales tuvieron que quitar las ampollas para poder llegar a la piel y tratar las quemaduras, lo que dejó a la niña con una gran cantidad de cicatrices. Por otro lado, Madison tendrá que usar durante seis meses un vendaje compresivo para curar y rebajar estas marcas.
Seven-year-old is left with horrifying chemical burns and scars after getting a black henna tattoo on holiday https://t.co/wNkkSXiz0n
— Daily Mail U.K. (@DailyMailUK) 16 de agosto de 2017
El papá de Madison informó que no tenían conocimiento de los peligros que traían los tatuajes de este tipo: "Creo que en parte fue culpa mía porque no lo sabía, pero otra es del salón porque están usando productos químicos peligrosos para los niños”, manifestó.
Además, los padres indicaron que no buscan una indemnización por parte de quien les hizo el tatuaje, y aseguraron que lo principal es “cuidar a Madison porque no queremos que ella crezca con una cicatriz por el resto de su vida”.
