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Pareja que disfrutaba de su luna de miel compra un hotel en plena borrachera

Pareja que disfrutaba de su luna de miel compra un hotel en plena borrachera
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Los británicos Mark Lee y Gina Lyons se decidieron tomar ron frente al mar y, en medio de eso, aceptaron comprar un hotel en Sri Lanka.

El alcohol, a veces, suele generar estragos entre las personas. Esta es una de esas historias dignas de recordar, pero que para los protagonistas pudo haber generado más de un dolor de cabeza.

Los británicos Mark Lee y Gina Lyons se habían casado hace un tiempo y decidieron pasar su luna de miel en Sri Lanka.

Los recién casados estaban disfrutando del bello panorama. Aguas color turquesa, arena blanca y un montón de aromas y sabores que había que gozar.

Habían hecho buenas migas con algunos de los empleados donde se estaban alojando y decidieron tomar ron en la playa con uno de los camareros.

Pero se les pasó un poco la mano.

Resulta que una de las conversaciones que sostuvieron fue que el contrato de arrendamiento del hotel estaba por caducar.

Y en un arrebato de valor y tras doce copas, la pareja tomó la decisión de hacerse cargo del hotel por unos 40 mil euros (más de 31 millones de pesos).

Sin embargo, olvidaron un pequeño detalle: vivían en Londres, pero de igual forma se hicieron cargo del hotel.

Esto en medio de una pequeña confusión, porque creyeron que en todo momento estaban hablando de un arriendo de 11.500 euros al año (casi 9 millones de pesos).

"Mark y yo pensamos que sería una idea brillante comprarlo, porque estábamos muy borrachos", señaló Gina.

"El hotel tenía un aspecto desagradable y muy barato, pero estaba en la playa y tenía una casa de madera del árbol que nos gustaba", agregó.

Tras adquirir el hotel, lo refundaron. Se llama Lucky Beach Tangalle y fue remodelado. 

De igual forma, el negocio marcha bastante bien y, según consigna ABC, Gina Lyons está embarazada y "sentí que ya era una mala madre, porque me sentía culpable de desperdiciar todo este dinero en la compra de un negocio que podría no funcionar".

Y añade que "incluso nuestros amigos y familiares piensan que somos idiotas y no deberíamos haberlo hecho".

"Les debíamos mucho dinero de la boda y solo vivíamos en un piso pequeño, y ahora teníamos un bebé en camino. Pero era hundirse o nada, así que decidimos que tendríamos que hacerlo funcionar", apunta.

REVISA ALGUNAS FOTOS DEL HOTEL:

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