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Té Matcha: la variedad que tiene 10 veces más beneficios y nutrientes que el té verde

Té Matcha: la variedad que tiene 10 veces más beneficios y nutrientes que el té verde
Sebastian Valdes
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El té verde Matcha, muy conocido en Japón, ha ganado rápidamente popularidad en todo el mundo gracias a las redes sociales y a sus numerosas propiedades.

El té es una bebida ancestral con millones de fanáticos en todo el mundo. Existen distintas variedades, cada una con distintos colores y beneficios: negro, rojo, azul, blanco y verde. Ese último es sin duda el que tiene más propiedades, y su variedad más potente es el "Matcha".

Muy conocido en Japón, ha ganado rápidamente popularidad en todo el mundo gracias a las redes sociales y a su alto valor nutricional, que equivale a tomar 10 tazas de té verde tradicional.

¿Cómo se produce el Matcha?

En conversación con T13.cl, Sebastián Caram, de Adagio Teas, explica que "el Matcha es un té verde japonés en polvo que se hace con mucho cuidado, es el té de las ceremonias japonesas".

"Antes de la cosecha se le pone una malla encima, para evitar que esté en contacto con la luz. Eso hace que la planta genere más clorofila para poder seguir haciendo fotosíntesis, y cuando está en su momento máximo de clorofila, se cosecha", dice Caram.

Posteriormente pasa por el proceso de "fijación", por el que pasan todos los té verdes, donde se quema la enzima oxidasa con vapor o en seco, dependiendo del maestro.

"Después de esto, a estas hojas verde oscuro muy profundo, se le sacan las venas a mano, en un proceso muy cuidado. Finalmente, las hojas se pulverizan en unos molinos de piedra a muy baja velocidad, para evitar que se calienten, y el polvo resultante es el Matcha", agrega Caram.

10 veces más nutritivo que el té verde

Carolina Mesías, nutricionista de Adagio Teas, explica que el Matcha "es una hoja que está mucho menos oxidada, y gracias a eso puedes obtener todas las propiedades del té, como su alto contenido de antioxidantes, entre otras cosas".

"Al tomar Matcha tu te estás comiendo la hoja, a diferencia del té tradicional, donde solo consumes la infusión y la hoja se bota. Entonces las propiedades se multiplican", complementa Caram.

Mesías dice que "esto hace que el Matcha concentre los altos niveles de nutrientes, vitaminas y antioxidantes que tiene el té verde, por su alto contenido de flavonoides".

Además, al tener un alto contenido de cafeína, el Matcha ayuda a aumentar el metabolismo en los consumidores habituales, y a mejorar la resistencia física. También constribuye a reducir el colesterol y a regular los niveles de azúcar en sangre, controlando la diabetes.

Respecto a los posibles efectos negativos del Matcha, al igual que cualquier estimulante, no se recomienda su consumo a personas hipertensas, embarazadas y niños. Sin embargo, el Matcha no tiene más cafeína que una taza de café común.

¿Y el sabor?

"Lo único, es que es mucho más fuerte el sabor, entonces para el paladar de las personas que no consumen mucho té puede que no les guste tanto", advierte Mesías. "Si el té verde ya es un poco amargo, ese sabor en el Matcha está mucho más potenciado".

Por su parte, Caram explica que "su sabor es muy parecido al del pasto, o al alga nori, debido a su alto contenido de clorofila. Pero, para aquellos que quieran partir por algo un poco más dulce, también hay variedades que tienen escencias naturales de arándano, chocolate, durazno o frambuesa".

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La taza ideal

Para preparar el té Matcha hay que tener ciertos implementos que son importantes, como el batidor de madera de bambú, porque si se revuelve con una cuchara, se oxida mucho y pierde parte de sus propiedades.

"La medida habitual es de entre 1 y 2 gramos, aproximadamente, una puntita de cucharadita de té para una taza de 250 ml", dice Carolina. 

"El agua que le agregas debe estar entre 65 y 75 grados. Entonces luego de que hierva, el agua se debe dejar reposar para que su temperatura baje un poco. Con 15 minutos es suficiente", aconseja Caram.

Luego hay que poner unas gotas de agua sobre el polvo y revolverlo con el batidor de bambú hasta crear una pasta.

Después se pone un poco más de agua para diluir esa pasta y finalmente se le agrega el resto del agua. Siempre batiendo suavamente e intentando que haya algo de espuma durante el proceso.

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