El administrador apostólico de Talca de la diócesis de Talca, Galo Fernández, se refirió al proceso que vive la Iglesia Católica en el país en relación a las denuncias de casos de abuso por parte de los religiosos y las recientes renuncias aceptadas por el Papa Francisco.
En conversación con Mesa Central, Fernández explicó que conversó con Horario Valenzuela, el antiguo obispo de la diócesis en Talca y cuya renuncia fue aceptada por el Papa este jueves. "Él estuvo muy atento, inmediatamente viajó a Santiago para reunirse conmigo y hemos conversado".
Sobre denuncias de abuso en Talca, el obispo explicó que existe una investigación en contra del padre Felipe Egaña por un abuso sexual a un menor de edad en 1985 y aseguró que "es duro para un sacerdote sentirse tan examinado, expuesto (...) Los sacerdotes también son seres humanos, han cometido algunas faltas, yo mismo me pregunto cuántas veces de algún modo me he dejado llevar por un mal genio, he maltratado una persona, me he puesto atropellador".
"Cuando se han cometido delitos, es decir faltas que han dañado gravemente a personas es una cosa más dolorosa más compleja, para un sacerdote sentirse así como sospechoso es tremendamente incómodo y me parece también injusto. La inmensa mayoría de los sacerdotes han dedicado su vida al servicio del evangelio", aseveró.
Fernández planteó que "una tarea muy primera es, de algún modo, acercarme y alentar a todos los sacerdotes. Si hay alguna situación en que alguno ha incurrido en una falta grave, que la podamos transparentar, sanar"
"La inmensa mayoría de los sacerdotes son gente dedicada, pero con fragilidades humanas como todos tenemos", aseguró el religioso.
