Perú se ha convertido en un hervidero social.

El país vive desde comienzos de mes una ola de manifestaciones, paros y bloqueos que empezó con acciones de grupos de transportistas por el aumento de los precios del combustible.

Luego se sumaron trabajadores agrícolas golpeados por el alza de los precios de los fertilizantes, cabezas de familia indignadas por la subida de los alimentos, docentes descontentos por lo que consideran abandono de la educación pública y otros colectivos más o menos organizados.

Lo que comenzó como una huelga de transportistas con epicentro en el departamento de Junín derivó en multitud de protestas dispersas por todo el país, con bloqueos de carreteras y enfrentamientos que dejaron al menos 6 muertos.

Lejos de aplacar los ánimos, el estado de emergencia decretado esta semana por el presidente Pedro Castillo en las provincias de Lima y Callao, las más pobladas, indignó además a los contrarios a la polémica medida y a muchos de quienes piensan que no está capacitado para hacer frente a la crisis. La más reciente de la firma Datum sitúa en un 76% el rechazo a su gestión.

El gobierno atribuye la subida del precio de los combustibles a la guerra en Ucrania y después de días de incidentes, anunció la suspensión del Impuesto General de Ventas sobre algunos combustibles y ciertos artículos de la canasta básica.

Numerosos analistas reprochan a Castillo un manejo errático de la crisis. El presidente se disculpó después de afirmar en los primeros días que los bloqueos de carreteras se debían a la acción de cabecillas "malintencionados" y "pagados", lo que enfureció a muchos de los manifestantes, y el jueves emprendió un viaje con sus ministros a las regiones donde se registraron las protestas más intensas para conocer de primera mano las demandas de los descontentos.

Qué mueve a los manifestantes

Ha habido voces y reivindicaciones diversas. Algunos de los transportistas que bloquearon la Carretera Central, una de las principales vías de conexión de Lima con el resto del país, se quejaron por los precios de la gasolina, pero también por el importe de las multas de tráfico.

Y uno de los objetivos de los ataques de los manifestantes violentos han sido los puestos de peaje en las carreteras.

Pero los observadores coinciden en que el descontento obedece a un fenómeno transversal y tiene causas que van más allá del reciente encarecimiento del coste de la vida.

Alonso Cárdenas, experto en políticas públicas de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, le dijo a BBC Mundo que "hay una crisis terminal del sistema de representación política y eso nos ha llevado a que en los últimos seis años hayamos tenido cinco presidentes, un Congreso disuelto y 13 primeros ministros".

Docentes decpecionados

Cuando Pedro Castillo llegó a la presidencia de Perú, el docente Juan Paco Acasiete tenía altas expectativas.

"Votamos por el cambio, pero ahora protestamos porque se están incumpliendo aspectos importantes para sacar adelante a nuestro país", asegura en conversación con BBC Mundo.

A sus 56 años, ha trabajado 34 como maestro de primaria y ahora es uno de los dirigentes del Sindicato Unitario de Trabajadores en Educación, (Sutep) en Ica, una de las ciudades que ha vivido los enfrentamientos más violentos en los últimos días.

Siente que un presidente que hizo campaña con la bandera de su experiencia como docente les ha fallado. "Prometió cambiar una Constitución que impone un modelo económico neoliberal y no lo ha hecho".

Más que por la guerra en Ucrania, Juan Paco cree que la subida de los precios se debe a la acción de "los grupos que controlan los monopolios en Perú y abusan de los precios".

No es una nueva Constitución la única promesa que Juan Paco cree que el presidente no ha cumplido.

"Prometió no más pobres en un país rico, pero eso sigue ocurriendo en nuestro país", se queja.

Aunque lo que más le indigna, según cuenta, son los incumplimientos en educación. "Cuando lideró una huelga de docentes en 2017 y en su campaña electoral, Castillo reclamó invertir un 10% del PIB en educación, pero seguimos viendo que el presupuesto no alcanza para cubrir las carencias".

"Ahora que intentamos el retorno a la presencialidad después de la pandemia, muchas están en tan mal estado que se requiere demolerlas y levantarlas de nuevo".

El experto Cárdenas coincide en que "la pandemia golpeó a Perú más ferozmente quizá que a ningún otro país del mundo y eso ha desnudado una serie de falencias no solo en el sector salud sino en todos los servicios públicos".

Juan Paco trató este jueves de desplazarse a Lima para sumarse a la gran marcha sindical convocada en la capital peruana, pero el bloqueo de la carretera Panamericana Sur por parte de otro de los grupos que protestan se lo impidió.

Pero cree que pronto tendrá otra ocasión para protestar.

"Si no hay una rectificación, el presidente Castillo deberá dar un paso a un lado".

Hartos de "corrupción"

Muchos analistas coinciden en que los errores del gobierno han sido uno de los factores que han empeorado las cosas. En su columna en "La República", Mirko Lauer escribió: "Lo que acabamos de ver es sobre todo una liberación de energía acumulada en decepciones vinculadas al empobrecimiento que vino con la pandemia y a la imagen de inoperancia absoluta, cabeceada con corrupción, en los nueve meses de Pedro Castillo".

Pero entre quienes protestan también hay seguidores del presidente que creen que no es el culpable de la situación.

Con 80 años, Víctor Suica decidió sumarse a una de las protestas en Lima. "Son los capitalistas peruanos y extranjeros los que nos imponen precios exorbitantes", afirma.

Dice que los peruanos llevan "aguantando 30 años de corrupción".

Se gana la vida como vendedor ambulante de ropa infantil, porque, según cuenta, en 1988 perdió su puesto en el servicio civil de la Armada peruana tras ser despedido por participar en una huelga.

Desde entonces, ha estado reclamando una compensación en los tribunales y ha sumado su voz a la última ola de protestas. "Es la hora de luchar por nuestros derechos", asegura mientras avanza como único portador de su pancarta en el grupo que se acercaba este jueves hacia el Congreso de la República para gritar su indignación.

Nacido en Ayacucho, lleva ya media vida en Lima.

A pocos metros de Víctor, Vicente Cirlopu también se queja: "Todos los años nos aumentan las prestaciones, pero con lo que están subiendo ahora los precios, no nos alcanza".

Con los apenas 2.500 (US$672) soles mensuales que cobra como obrero de la construcción este padre de familia de 53 años lo tiene difícil para sacar adelante a su familia.

"El azúcar ya está a cinco soles y no para de subir", se queja, reflejando la dependencia peruana de las importaciones de algunos de los productos que más se han encarecido como consecuencia de la guerra en Ucrania, como los fertilizantes, el trigo, y la energía en general.

Vicente lo siente en carne propia por el aumento de los pasajes del transporte público, que golpea especialmente en Huacho, donde vive, a algo más de tres horas por carretera de Lima.

Asegura que ha participado en protestas pacíficas, pero no le extraña que haya ahabido brotes de violencia: "Lamentablemente, cuando te manifiestas pacíficamente el Estado se ríe de ti y en las marchas se acaban haciendo visibles grupos vandálicos".

Para él, "Castillo no es responsable de lo que está ocurriendo porque está amarrado por la casta política que no le deja hacer cambios para el bien del pueblo".

Sin embargo, cree que el mandatario también ha cometido errores en los últimos días. "Intentar dejarnos a todos encerrados sin poder trabajar con un estado de emergencia después de todo lo que hemos pasado con la pandemia fue un grave error".

La docente Eva Condori, de 36 años, tampoco culpa a Castillo y rechaza las críticas que a menudo recibe por su supuesta falta de preparación para el cargo. "En Perú hemos tenido presidentes muy académicos que no hicieron otra cosa que robar en su gestión".

Para ella el problema estriba en que "hay gente muy poderosa que lo único que quieren es boicotear al Gobierno". Así que también sale a protestar, pero no contra el presidente, sino para reclamarle que cierre un Congreso que ve como un nido de corrupción.

En el Congreso se sientan los representantes de Fuerza Popular, el partido fujimorista, que insiste con otras fuerzas de derecha en reclamar la renuncia de Castillo, y tras su victoria en las elecciones presentaron denuncias no probadas de fraude electoral. Para Alonso Cárdenas la negativa de la oposición a reconocer los resultados también ha azuzado a los que salieron a protestar contra el presidente tras declarar el toque de queda en Lima.

Y para complicarlo todo un poco más, como recuerda Cárdenas "Perú afronta en pocos meses elecciones locales y regionales, e históricamente eso ha elevado la conflictividad porque los caudillos locales buscan elevar la temperatura social para apropiarse de las protestas y beneficiarse políticamente".

Así las cosas, ¿qué puede pasar ahora?

Aunque castillista, Víctor Suica tiene una advertencia para el presidente: "Si no soluciona este problema de los precios, será toda la gente de Los Andes la que acabe bajando hasta Lima a protestar".

Publicidad