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Exclusivo: Periodista que reveló la renuncia de Benedicto XVI habla del papado de Francisco

Exclusivo: Periodista que reveló la renuncia de Benedicto XVI habla del papado de Francisco
T13
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Hace dos años, Giovanna Chirri dio a conocer al mundo de la decisión del Papa alemán. "Francisco se da cuenta de que no todo el mundo comparte sus opiniones", señala en entrevista con T13.cl.

Por Lucia Magi/Roma

A dos años del día en que renunció Benedicto XVI y cambió la historia de la Iglesia, en T13.cl hablamos con Giovanna Chirri la periodista de la agencia italiana Ansa experta en temas vaticanos que fue quien reveló que Benedicto XVI estaba renunciando a su Pontificado y en lanzar al mundo la noticia.

¿Cómo recuerda aquel día?

Lo que me queda dentro cuando pienso en aquel 11 de febrero de 2013 es una sensación que entonces acabó sepultada bajo la emoción muy fuerte del momento: una gran admiración hacia Benedicto XVI. Dio un paso valiente. No era fácil en su posición. Fue un gesto de reforma que modificó profundamente la Iglesia. De no haber sido por aquella renuncia, no hubiera sido posible arrancar el gran cambio iniciado con la elección de Papa Francisco

¿Se detonó de inmediato un cambio en la Iglesia?

Sí. Aquí en Roma, emergió de inmediato un sentimiento anti-italianos (en referencia a los integrantes de la Curia Romana) que venían vinculada con el escándalo de Vatileaks. En las congregaciones previas al Cónclave, en los discursos de los cardenales norteamericanos, sobre todo, emergía un intenso deseo de Reforma. Después supimos que en aquellas reuniones cosechó mucho consenso la intervención del cardenal Bergoglio, quien insistió sobre una Iglesia que sale, que se abre a los pobres. Pensándolo ahora, la dirección estaba marcada ya durante el período de la sede vacante (entre la renuncia efectiva de Benedicto XVI y la elección de Francisco).

La Iglesia de hace dos años acababa de ser sacudida por los escándalos de los documentos secretos filtrados a la prensa y de los casos de pedofilia. ¿Cómo está ahora?

Cuando Benedicto decidió dimitir, lo más relevante de estos escándalos había pasado. El se quedó al frente en la dificultad y salió indemne, pero se dio cuenta de que no tenía fuerzas suficientes para gobernar la reconstrucción sobre los escombros. Ahora la situación es distinta. No nos hagamos ilusiones: el Papa Francisco no tiene la varita mágica pero sí más energía y vigor para hacer la reforma. Es allí donde convergen sus esfuerzos de estos dos años. Ha cambiado esto. Se trata de un camino largo, falta mucho por andar: no podemos ser ilusos o simplones. Sin embargo, las bases ya están puestas.

Otro gran cambio es la percepción del Papa: hasta ahora el Pontífice goza de tal simpatía y afecto que parece avanzar sin obstáculos. Para cumplir con la mision de su pontificado, la simpatía no es suficiente. Pero ayuda.

¿La reforma qué es en concreto? 

Se lleva presionando para una reforma desde el Concilio (Vaticano II). Lo tenía en mente Benedicto y ahora lo sabe Francisco. Es decir, crear una curia que sea instrumento de servicio y no instrumento de poder. Esta sería la verdadera esencia del gobierno de la Iglesia: no una burocracia sino un aparato que ayude el Papa y las Iglesias locales a desarrollar su misión en el mundo. Benedicto XVI intentó un adelgazamiento de la institución. Francisco sigue. Alguien dice que van a fundirse algunos ministerios. Veremos. Lo que ya está claro es que el Papa se mueve en la línea del Concilio que pedía una Iglesia al servicio de los pobres y más colegial. Llevan 50 años esmerándose sobre cómo lograrlo.

La simpatía que Francisco suscita es evidente entre la gente. ¿Dentro la Curia tiene dificultades?

Creo que sí: la curia es una realidad humana y compleja. Creo que se va dando cuenta. En los primeros tiempos, por ejemplo en el avión de vuelta desde Río, el Papa Francisco parecía más confiado y sereno. En las útimas ruedas de prensa, en cambio, pareció más consciente y serio. Pero no pesimista, porque es un hombre de gobierno muy pragmático y concreto. Se da cuenta de que no todo el mundo comparte sus opiniones. Pero todos los que lo eligieron creen que esta reforma sirve, es urgente y la quieren hacer con él.

La simpatía a la que aludía antes es otra cosa: la gente lo adora. Tiene una forma de acercarse a las personas verdadera, sincera y profunda. En este mundo donde todos gritan y nadie escucha, un tipo tan atento y que además es Papa, es un caso excepcional. La gente lo quiere. 

No sabemos cuándo, pero ¿cree que podría haber una segunda renuncia?

Espero que no. Espero que el Papa Francisco tenga las fuerzas para terminar el cambio que está impulsando y que muera en paz en su cama cuando esta revolucion esté cumplida. 

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