Frente a este escenario, importadores, gamers nacionales y expertos en el tema concuerdan en que la ley es corto placista y que la solución está en educar a la población, no en colocar un rotulado adicional que ocupará el 25 por ciento de la carátula y que además podría repercutir en el valor de los videojuegos, aumentando su costo.
Juan Pablo Lastra, presidente de la Asociación Chilena de Desarrolladores de Videojuegos (Video Games Chile), dijo a Radio Cooperativa que "la ley en el mejor de los casos va a ser principalmente letra muerta y en el peor caso va a subir el costo de los videojuegos, lo que va a impactar más que nada a los importadores, vendedores y a los que compran juegos más que a los desarrolladores".
Lastra advirtió además que esta ley "va a fomentar la piratería, pero en ningún caso en realidad consigue el propósito que busca".
Cristián Garretón en tanto, dueño de la tienda Todojuegos, manifestó que, aún cuando está de acuerdo con que se legisle sobre el tema, no comparte la forma en la que se llevó a cabo el proyecto.
Los juegos que se comercializan en Chile ya poseen una rotulación que indica para qué edad están destinados, impuesta por ESRB de Estados Unidos, PEGI de Europa o CERO de Japón, sin embargo ésta viene en sus idiomas de origen y ocupan un pequeño espacio en la carátula.
La rotulación que se implementará en nuestro país no será distinta a las originales del videojuego, pues sólo se traducirá el texto al español. De esta forma, en caso de que alguno no venga con recomendación extranjera, el Consejo de Calificación Cinematográfica Nacional será el encargado de rotular.
A la espera de una determinación, conoce los efectos del abuso de los videojuegos en el organismo.
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