Medio Ambiente

La alianza con los lobos que acabó con el hombre de Neandertal

La alianza con los lobos que acabó con el hombre de Neandertal
T13
Compartir
Tras la llegada del hombre moderno a Europa, el neandertal se extinguió. Ahora, una nueva teoría dice que su desaparición se debe a una colaboración estratégica entre los humanos y los lobos.

Son fieles, guardianes y el mejor y más antiguo amigo del hombre. Pero nuestra gratitud con los perros no debería acabar allí.

Según una nueva teoría propuesta por una eminente antropóloga estadounidense, existe otra razón por la cual debemos estarles eternamente agradecidos: gracias a ellos, el hombre moderno logró erradicar a su rival, el hombre de Neandertal.

El hombre moderno comenzó a emigrar de África hace unos 70.000 años. 25.000 años más tarde llegó a Europa, dominada en ese entonces -y desde hace 200.000 años- por los neandertales.

Unos pocos miles de años después de su llegada, nuestro pariente evolutivo se extinguió.

En el pasado se ha sugerido que su desaparición pudo haberse debido al cambio climático. También se especula que pudieron haber perdido la competencia con nuestros ancestros porque estos disponían de armas más eficientes para la caza.

Pero para Pat Shipman, investigadora de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos la clave de su desaparición está en otra parte.

Alianza

"En ese momento, los humanos modernos, los neandertales y los lobos eran los principales depredadores y competían para cazar mamuts y otros grandes herbívoros", dice Shipman.

"Pero entonces, formamos una alianza con los lobos y esto habría significado el fin de los neandertales".

Nuestros ancestros comenzaron así a domesticar a los lobos, de los que descienden los perros, y con su ayuda perfeccionaron la estrategia para cazar.

(Los perros) obtienen más comida más rápido y sufren menos heridas en la búsqueda de alimentos. Además, ganan cierto grado de protección de los humanos con los que conviven
Pat Shipman, antropóloga de la Universidad de Pensilvania

Esta asociación, argumenta Shipman, les permitía dividir el trabajo de forma eficiente.

Estos perros primitivos perseguían a sus presas -alces, bisontes y demás- hasta cansarlas, lo cual les permitía a los humanos ahorrar energía, y estos las mataban cuando ya estaban acorraladas, momento que se considera por lo general como el más peligroso en una cacería.

"Es una estrategia en la que ambos salen ganando", señala la antropóloga. Las ventajas son obvias para los seres humanos, ¿pero en qué se benefician los perros?

"Obtienen más comida más rápido y sufren menos heridas en la búsqueda de alimentos", le dice Shipman a la BBC. "Además, ganan cierto grado de protección de los humanos con los que conviven".

La supremacía de las especies invasoras

Su teoría parece encontrar eco en la práctica con lo que ocurre con las especies invasoras.

"Sabemos que cuando las especies invasoras, y los humanos claramente lo son, salen del ambiente en el que se desarrollaron están en peligro porque desconocen su nuevo hábitat".

"Uno pensaría entonces que los recién llegados están en gran desventaja. Pero, de hecho, con mucha frecuencia los depredadores invasores superan a los nativos".

El precio de esta coalición no parece haberlo pagado solamente el hombre de Neandertal. A lo largo de los siguientes milenios fueron desapareciendo de Europa los leones, los mamuts, las hienas y los bisontes.

Controversia

La idea de Shipman, explicada en su libro "Los invasores: cómo los humanos modernos y sus perros llevaron a la extinción de los neandertales", que se publica este mes, no está exenta de controversia, sobre todo porque adelanta en mucho los orígenes de la domesticación de los perros, descendientes de los lobos, que según teorías previas tuvo lugar hace cerca de 10.000 años con el surgimiento de la agricultura.

La antropóloga sitúa este acontecimiento antes de la última Edad de Hielo. Para ello se basó en descubrimientos recientes de fósiles de perros de hace 33.000 años hallados en Siberia y Bélgica.

Aunque se asemejan bastante los de un lobo, muestran claros signos de domesticación.

En el momento en que se formó la alianza, que ocurrió aproximadamente cuando los neandertales se estaban extinguiendo, apunta la investigadora, un grupo de lobos estaba siendo domesticado.

"Había un grupo de animales que podrían describirse como perros-lobos. Se veían diferentes. Puedes pensar que había dos grupos de lobos distintos", le explica Shipman a la BBC, "o que este pequeño grupo de animales raros que no habíamos reconocido antes porque no teníamos las herramientas, eran un intento temprano de domesticación".

Señal T13 En Vivo
Etiquetas de esta nota