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El duro impacto para Cuba de las nuevas restricciones anunciadas por Trump

El duro impacto para Cuba de las nuevas restricciones anunciadas por Trump
BBC News Mundo
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Los cruceros con turistas estadounidenses dejarán de formar parte de la imagen de La Habana, según anunció el gobierno de Trump esta semana, una medida que se recibe en la isla con preocupación y gran incertidumbre.

Llegaban en sus enormes barcos, se bajaban en una tierra que, hasta hace bien poco, tenían vetada, y encontraban en el taller de Nidialys Acosta una nueva forma de descubrir Cuba: montados en uno de sus "carros clásicos".

Es una imagen que simbolizaba el histórico acercamiento que vivieron Estados Unidos y Cuba en la época de Barack Obama y Raúl Castro, y desde esta semana quedará para el olvido, tras la nueva decisión del gobierno de Trump de prohibir los cruceros desde suelo estadounidense a Cuba, la forma más popular de viaje a ese país.

"Casi el 50% de los turistas que recibimos son americanos y ahora nos vamos a ver súper afectados", dice Acosta, que pertenece al colectivo de los "cuentapropistas" o trabajadores autónomos, un sector que floreció en la isla a la luz del deshielo.

La supervivencia de esta "naciente clase media" está en juego por las nuevas medidas que entraron en vigor este 5 de junio, que también incluyen la restricción "viajes educativos grupales", una de las contadas categorías con las que los estadounidenses podían viajar legalmente a la isla caribeña.

Crucero en La Habana
Crucero en La Habana

Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha ido desmontando la política de acercamiento con Cuba protagonizada por su antecesor, que fue duramente criticada por la comunidad cubano-estadounidense de línea dura, a través de una serie de limitaciones a los viajes entre ambos territorios o las transacciones bancarias, entre otros.

Ello ha aumentado la presión sobre Cuba, que desde finales de 2018 pasa por una ardua situación de escasez alimentaria y otros recursos y que tiene en el turismo la segunda fuente de ingresos de divisas del Estado.

"Con Obama se vivió un periodo de apertura y con Trump todo se cerró... y Cuba también se ha cerrado. Y para nosotros, emprendedores, que dependemos de nosotros mismos y tenemos que mantener a empleados, que dependen de nosotros, no dejan de darnos golpes por todos lados, desde el lado estadounidense y el lado cubano", considera por su parte Lauren Fajardo.

Fajardo es otra de las destacadas emprendedoras que han surgido en los últimos años, en su caso, con una marca de ropa de diseño propio, Dador.

Preocupación

Tanto Fajardo como Acosta manifiestan su preocupación por las últimas noticias que llegan de Estados Unidos y describen la sensación de malestar entre sus compatriotas.

"Todo el que trabaje para el turismo u otro sector se va a ver afectado por esta medida y todo el mundo está disgustado", dice Acosta, dueña de NostalgiCars junto a su marido, Julio Manuel Álvarez.

"Y sin entender cuáles son los motivos, porque al final el dinero que un turista deja aquí es verdad que una parte se queda el Estado con ella (...) pero otra va a los bolsillos de las familias y el pueblo cubano, como es el caso mío", añade la emprendedora.

La razón detrás de la prohibición a los cruceros se encuentra en Venezuela, según explicó el Departamento de Estado. Su intención es frenar el "turismo velado" que, a juicio de Washington, "ha servido para llenar los bolsillos de los militares cubanos, que son la misma gente que apoya a Nicolás Maduro en Venezuela y que reprime al pueblo cubano".

El gobierno cubano rechazó de manera inmediata esa nueva "sanción" y consideró que Washington pretende "asfixiar la economía y dañar el nivel de vida de los cubanos para arrancarnos concesiones políticas", según escribió el canciller Bruno Rodríguez en Twitter.

"Hay mucha incertidumbre, porque ahora mismo parece que a nivel gubernamental sencillamente están jugando con nosotros", lamenta la creadora de Dador.

Ese sentimiento no solo recae en la llegada de visitantes, sino también en los problemas que los cubanos vayan a tener para viajar a Estados Unidos, adonde muchos acuden para comprar los equipos necesarios para trabajar.

Patricia Santacoloma grabando en Cuba.
Patricia Santacoloma grabando en Cuba.

"Me preocupa mucho el qué va a pasar en todos los sentidos: desde donde vamos a sacar los insumos hasta cómo va a afectar a nuestra clientela. EE.UU. es el lugar más cercano donde vamos a comprar todos nuestros equipos", dice la cineasta Patricia Santacoloma, dueña de producciones Almendares, que popularizó a Cuba como destino de bodas y ofrece todo tipo de servicios de producción audiovisual.

"En Cuba, lamentablemente, no producimos determinadas cosas. Hay que gente que se dedica a comprar y traer pero lo vende carísimo. Hay muchas cosas que no se encuentran fácilmente en Cuba y allá están".

La nueva política de Trump hacia la isla ha cambiado de manera radical el panorama en el sector de Santacoloma. Con Obama, recuerda, la demanda se disparó: videoclips, películas, comerciales...

"Había mucho trabajo y, de pronto, de 2017 para acá... todo ha caído mucho", asegura. De momento, ya le han cancelado dos bodas para 2020 y un videoclip, cuyos productores decidieron grabar en Puerto Rico.

Santacoloma considera que estas medidas de Trump apelan a los votos de los cubanos de línea dura que viven en el sur de Florida, cruciales para la reelección del mandatario en 2020.

La emprendedora envía un mensaje a sus compatriotas que viven en Miami y tienen familia en la isla y les pide que "no vayan a votar por Trump" (en las elecciones presidenciales de 2020) para que no se rompa todo contacto con la isla.

Uno de los mayores golpes que sufrieron desde la llegada a la Casa Blanca de Trump se produjo con el cierre de las oficinas consulares estadounidenses en La Habana, señala por su parte Liber Puente, presidente ejecutivo de TostoneT, especializado en servicios de informática.

La prohibición de los cruceros "no creo que sea la medida más fuerte (...) pero viene a aumentar los temores de que no es bueno hacer negocios aquí", manifiesta Puente, cuya empresa también se verá afectada por las restricciones pues muchos de sus clientes son casas de rentas o restaurantes, fuertemente dependientes del turismo.

Puente además advierte que esta situación se suma "a otras limitaciones que tiene el país, que afectan directamente a la población, como la escasez de productos, la poca disponibilidad de moneda libremente convertible, el problema del suministro de combustibles y hasta ineficiencias en la gestión y administración de los recursos".

Todo ello ha provocado que algunas personas prefieran irse. "Este nivel de presión hace pensar a mucha gente que no vamos a acceder a la prosperidad".

Crucero en el mar, desde La Habana.
Crucero en el mar, desde La Habana.

Pese a la frustración y las dificultades, tanto Puente como las otras empresarias que hablaron con BBC Mundo sacan a relucir el talante cubano de superación y creatividad.

"Nosotros los cubanos somos muy optimistas, siempre pensamos que hay una opción que no hemos encontrado", dice el fundador de TostoneT.

La esperanza, para la dueña de los vehículos que llenan de "nostalgia" La Habana, es que, el año que viene, "salga otro nuevo presidente".

"Si vuelve a salir, serán cuatro años más duros, muy duros, pero al final Cuba tiene muchísimos encantos y, (si no son ellos), serán otros turistas los que vendrán".

El impacto económico y Venezuela

La última decisión de Trump tendrá un impacto en Cuba no solamente por la reducción del número de visitantes, de hasta un 15 a un 20%, sino también a nivel de "percepción", según los expertos consultados por BBC Mundo.

"No tener a Carnival, Norwegian o Royal Caribbean en el mercado recreará percepciones negativas sobre Cuba, recordará lo que el gobierno de Trump ha hecho y lo que puede hacer", apunta John S. Kavulich, que preside el Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Cuba, un grupo de empresas estadounidenses interesadas en comerciar con la isla.

La decisión de la Casa Blanca hará que gobiernos, empresas e instituciones financieras se muestren prudentes en relación al país por el miedo a mayores medidas, considera.

Kavulich, con vasta experiencia en el país, coincide con Washington en que el flujo de dinero que llega a los servicios de seguridad, inteligencia o militares de Cuba se verá afectado, aunque también habrá un impacto en la sociedad cubana.

"La respuesta de Trump para eso es que esa no es responsabilidad del gobierno de Estados Unidos, proveer oportunidades económicas a los cubanos; es responsabilidad del gobierno cubano".

Ahí, dice el experto, nos enfrentamos a una pregunta estructural: "¿Por qué el gobierno de Cuba no abre su economía para que haya muchas oportunidades para sus ciudadanos y no se vean afectados por algo como esto?"

James Williams, presidente de la organización Engage Cuba, favorable al acercamiento bilateral, considera por su parte que se trata de una medida "desafortunada e innecesaria dirigida a cumplir con los deseos de una minoría, que quiere continuar con una política que lleva fallando 60 años".

"Va a dañar al ciudadano medio cubano (...) y también a intereses estadounidenses", señala Williams, en referencia a los negocios en el sur de Florida y otras partes del país relacionados con Cuba.

En opinión de Williams, la Casa Blanca quiere "distraer" en un momento en el que tratan de "salvar la situación que se ha producido" en Venezuela.

La conexión con Venezuela también la ve clara Kavulich, aunque él evita posicionarse sobre el vínculo.

"No digo que sea correcta o incorrecta, solo que hay una conexión. Así que lo más probable es que se produzca algún cambio en las regulaciones estadounidenses en relación a Cuba si se dieran cambios productivos en Venezuela, productivos a ojos de la administración Trump".

"En resumen: si el gobierno de Trump cree que la situación en Venezuela está mejorando y que el gobierno cubano es responsable de ello -o parcialmente responsable-, entonces podrá darse una revisión de algunas de las restricciones".

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