1.- Qué observar. El conflicto en Gaza, que ya cumple casi siete meses y que ha provocado más de 34.000 personas fallecidas, como respuesta de Israel al ataque de Hamas donde murieron más de 1.200 israelíes, ha gatillado manifestaciones en más de 60 universidades de Estados Unidos.

  • Las protestas tuvieron su punto más álgido durante la noche del martes 30 de abril cuando las fuerzas de seguridad desalojaron de un emblemático edificio de la Universidad de Columbia, en Nueva York, a varios alumnos atrincherados, llevando a cabo 109 detenciones de alumnos de esa casa de estudios, además de otros 173 en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).
  • Esta fue la mayor intervención policial en Columbia desde la que fue realizada para controlar las protestas estudiantiles contra la Guerra de Vietnam, coincidentemente también un 30 de abril, pero de 1968.
  • Poco después, la tensión se desplazó al otro extremo del país, cuando en la Universidad de California-Los Angeles (UCLA) se registraron enfrentamientos entre estudiantes pro palestinos y contramanifestantes proIsrael.

2.- Comienzo de las protestas. El pasado 17 de abril, los estudiantes de la Universidad de Columbia levantaron un campamento luego de que la presidenta de esa casa de estudios, Nemat Shafik, fuera llamada al Congreso.

  • Shafik había sido criticada por el opositor Partido Republicano, acusada de no hacer lo suficiente para combatir las inquietudes sobre el antisemitismo dentro del campus de la universidad, producto de las manifestaciones propalestinas.
  • La rectora criticó duramente el antisemitismo, señalando que “no tiene cabida en nuestro campus”. Un día después, la policía disolvió el campamento de protesta propalestino y arrestó a más de 100 manifestantes, entre quienes se encontraba la hija de la congresista demócrata estadounidense Ilhan Omar, quien un día antes había interrogado a la rectora.

3.- Extensión de las manifestaciones. Los arrestos provocaron protestas universitarias en todo el país. Un día después, la Universidad del Sur de California canceló el discurso de apertura del cineasta Jon M. Chu. Previamente, había prohibido a su estudiante con las mejores calificaciones, que profesa el islam, hablar en la ceremonia de graduación del próximo 10 de mayo.

  • Luego, se levantaron campamentos propalestinos en la Universidad de Michigan, la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
  • Incluso, la Universidad de Michigan designó una zona especial para los activistas fuera de los lugares en los que se realizarán las ceremonias de graduación, añadiendo que no impedirá las protestas pacíficas, pero que sí tomará medidas si es que producen hechos fuera de la ley.

4.- Arrestos y desalojos. El 22 de abril, Columbia canceló las clases presenciales y se instaló un campamento en la Universidad de Nueva York con cientos de manifestantes. La policía arrestó a estudiantes tanto en esa casa de estudios como en la Universidad de Yale, en el estado de Connecticut.

  • Dos días después, cientos de policías se enfrentaron con  manifestantes de la Universidad de Texas en la ciudad de Austin, empujándolos fuera del campus y arrestando a más de 30. También se produjeron arrestos en la Universidad del Sur de California.
  • El 26 de abril, los estudiantes de la Universidad de Columbia señalaron que tenían la intención de continuar con su campamento hasta que se cumplan sus demandas de desinversión de Israel en la universidad, transparencia financiera y amnistía a los manifestantes.
  • El lunes, la policía desalojó campamentos de protesta en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, la Universidad de Yale y la Universidad de Connecticut, pero aún quedan campamentos en más de 40 universidades en todo el país.
  • En total ha habido más de 1.500 arrestos en 30 universidades del país en 23 estados distintos.

5.- Violento desenlace. Durante la jornada de este martes, decenas de manifestantes se tomaron el Hamilton Hall en la Universidad de Columbia, bloqueando las entradas, mientras las autoridades les advertían que se enfrentarían a la expulsión por hacerlo.

  • Incluso, los manifestantes rebautizaron el Hamilton Hall, con el nombre de Hind Rajab, una niña de 6 años encontrada muerta en Gaza a principios de este año.
  • Esa misma noche, cientos de agentes de la Policía de Nueva York fuertemente armados irrumpieron en la sala y expulsaron a los manifestantes de ese lugar y del campamento. Horas después, ocurrió el choque entre grupos  propalestinos y proisraelíes en la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA).
  • El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que la toma Hamilton Hall fue “un abordaje absolutamente equivocado” por parte de los estudiantes.

6.- Debate por la libertad de expresión. La intervención policial de la Universidad de Columbia ha provocado también un debate sobre la libertad de expresión en Estados Unidos.

  • Algunos miembros del cuerpo docente culparon a la administración de la universidad por su manejo de las protestas y por llamar a la intervención de la policía. Así, un grupo de profesores, citados por BBC, se declaró “estupefacto de que (la presidenta Shafik) no defendiera la libertad de pensamiento que es central a la misión educacional de una universidad en una sociedad democrática”.
  • “Demasiados líderes, en las universidades y en el gobierno no están respetando los derechos de la Primera Enmienda que ellos demandan defender”, señaló, por su parte, el analista Will Creeley en The Atlantic.
  • Según el antropólogo y escritor de la Universidad de Chicago, Alex Shams, “las universidades deberían defender el derecho de los estudiantes a la libertad de expresión, no ayudar a su represión”.
  • Una visión distinta tiene The Economist, que en su editorial señaló que “la Primera Enmienda no es un manual de instrucciones (…) Dejar a los manifestantes gritar acerca de globalizar la Intifada, intimidando a estudiantes judíos que tratan de llegar a clases, no es consistente con ese objetivo”.
  • “Tampoco hay un derecho de libertad de expresión para ocupar partes de una universidad. La libertad de culto también es una parte de la Primera Enmienda, pero eso no significa que los manifestantes de protestar en cualquier lugar, si eso impide a otras personas usar espacios públicos y dañar propiedad es un crimen tanto en el campus como fuera de él”, agregó este medio.
  • Una visión similar tiene la Casa Blanca. De hecho, el portavoz de la presidencia, Andrew Bates. aclaró que el Presidente Biden “respeta el derecho a la libre expresión”, pero las protestas deben ser “pacíficas y legales. Tomar el control del edificio por la fuerza no es pacífico, está mal. Y el discurso de odio y los símbolos de odio no tienen cabida en EE.UU.”.

7.- Acusaciones de antisemitismo. Precisamente, en el centro este debate han surgido las acusaciones de antisemitismo en torno a las protestas.

  • “Si bien todo estadounidense tiene derecho a protestar pacíficamente, los llamados a la violencia y la intimidación física, a apuntar a estudiantes judíos y a la comunidad judía son descaradamente antisemitas, desmesurados y peligrosos y no tienen cabida en ningún campus universitario ni en ningún lugar de Estados Unidos”, dijo el vocero presidencial, Andrew Bates.
  • “Hacerse eco de la retórica de las organizaciones terroristas, especialmente tras la peor masacre cometida contra el pueblo judío desde el Holocausto, es despreciable”, agregó.
  • “El odioso antisemitismo que ha animado algunas de las protestas universitarias en todo el país es escandaloso y atroz.  Tampoco vi ningún reconocimiento de que Hamas haya iniciado la guerra de Gaza con un ataque terrorista contra civiles israelíes, la peor matanza de judíos desde el Holocausto. Y no vi muestras de simpatía por las decenas de rehenes brutalizados, entre ellos cinco estadounidenses, que Hamas aún mantiene. Los estudiantes manifestantes son selectivos en su indignación. Pero no los ignoren. No los descarten”, señaló Eugene Robinso, columnista de The Washington Post.
  • Daniel Kurtzer, ex embajador de Estados Unidos en Israel opina que “la disidencia y la protesta siempre han sido parte de la experiencia de Columbia. Pero no se puede permitir que los manifestantes estudiantiles propalestinos, especialmente aquellos que ensalzan a Hamás, creen una atmósfera de miedo para otros estudiantes –judíos y no judíos– que tienen puntos de vista diferentes”.
  • De acuerdo con la encuesta nacional del Centro de Estudios Políticos Estadounidenses de Harvard (CAPS)/Harris, dos tercios creen que no es seguro ser abiertamente judío en los campus universitarios, y una gran mayoría está a favor de la suspensión de estudiantes o profesores que llamen a la violencia contra los judíos.

8.- Biden y el “Fantasma de 1968”. Una de las grandes preocupaciones del Presidente Biden y el Partido Demócrata es que la próxima Convención Nacional Demócrata, que se celebrará a fines de agosto en Chicago y donde se proclamará a Joe Biden como candidato para las elecciones presidenciales de noviembre, quede opacada por posibles manifestaciones.

  • Ello ocurrió en 1968, cuando los demócratas también gobernaban y vieron empañada su convención, precisamente en Chicago, con las protestas de más de 10.000 personas en contra de la guerra de Vietnam, que terminaron con más 600 heridos y 700 arrestos.
  • El expresidente y rival de Biden en las próximas elecciones, Donald Trump, ya ha calificado las manifestaciones como “las protestas de Biden”. “Todo es causado por él porque no sabe hablar. No puede juntar dos oraciones. Tiene que salir y hacer una declaración porque las universidades están siendo invadidas en este país”, señaló.
  • Según dijo a The Guardian Cas Mudde profesor de asuntos internacionales de la UGAF Stanley Wade Shelton de la Universidad de Georgia y autor de The Far Right Today, estas manifestaciones “movilizan y unifican a la base conservadora” y que “ninguna universidad es segura: no se trata de una cuestión de universidad privada versus universidad pública o de estados rojos (republicanos) versus estados azules (demócratas) los ataques actuales son sólo un pequeño preludio de lo que significará el regreso de Trump para la democracia liberal en general y la educación superior en particular”,
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