—¿Cómo cataloga la emboscada y asesinato de los tres Carabineros en la Región del Biobío?

—Obviamente, como se ha descrito por parte de la ministra del Interior y también por otras autoridades, estamos en presencia de algo extremadamente grave, muy distinto de lo que se había percibido en la zona, por el nivel de agresividad, de violencia empleado, y da la impresión que no es casual que se haya hecho justo el día del aniversario de Carabineros. Hay que investigar hasta las últimas consecuencias y no descartar ninguna tesis, incluso las más graves.

—¿Cómo evalúa la reacción del Ejecutivo? 

—A ver, en justicia, me parece que el traslado por parte de los distintos poderes del Estado a la zona era una señal correcta, creo que en ese minuto era indispensable dar una señal de que el Estado de Chile no estaba dispuesto a aceptar algo de esa naturaleza.

Me parece que la prontitud de las señales respecto de la permanencia del general Yáñez también fueron en el sentido correcto, y creo que quizás faltó explicar mejor por qué era pertinente establecer toques de queda, y creo que, dado que pareciera haber dudas sobre el estado de sitio, yo habría convocado al COSENA. Creo que ese es el espacio que el gobierno tiene para discernir eventuales dificultades y creo que en este tipo de cosas el gobierno no es capaz de usarlo oportunamente.

—La ministra Tohá planteó en Mesa Central de Canal 13 que el domingo se conversó con todas las FF.AA. y las policías respecto de la posibilidad de un estado de sitio, y que fueron ellos los que plantearon que no era útil. ¿Ustedes insisten en el punto?

—Lo que nosotros creemos es que el estado de sitio permite a las fuerzas militares acogerse a ciertas reglas que le dan certeza jurídica, y además permite que el Congreso tenga que pronunciarse y por lo tanto se transforma en una cuestión de Estado. Ahora, obviamente si el gobierno piensa distinto y hay dudas, lo que yo sugiero que se convoque al COSENA y ahí quede de manifiesto lo que la ministra sugiera, porque acá lo central es cómo protegemos la seguridad de la zona y cómo damos con los asesinos de los tres mártires de Carabineros.

—Era un hecho que las cifras de violencia en la zona estaban disminuyendo, pero pareciera que lo ocurrido el sábado “borra” eso porque como han dicho todas las autoridades, es algo sin precedentes. ¿Cómo se avanza ahora? 

—Bueno, obviamente primero hay que investigar todos los detalles, tenemos que ser capaces de identificar qué fue lo que pasó porque eso nos va a dar cuenta del nivel de acciones que hay que tomar. Nosotros creemos que cada vez se hace más necesario establecer una presencia militar con Reglas de Uso de la Fuerza (RUF) claras y con una acción mucho más decidida.

Y lo otro que nos parece muy importante es que el gobierno entienda que parte del problema también tiene que ver con la permeabilidad de nuestra frontera. En esa zona, nos indicaban varios de los que estaban ahí, también hay pasos no habilitados de difícil custodia, entonces la necesidad de una policía militar de frontera se hace cada vez más urgente.

—En otro tema: Usted ha impulsado una reforma al sistema político. ¿Por qué?

—Cuando uno quiere enfrentar cualquier tema tiene que preguntarse si los medios para alcanzar eso están siendo los adecuados y la sensación que queda, cualquiera que sea el tema, salud, educación, previsión social, un sistema que lo que genera básicamente es un incentivo a la polarización, al atrincheramiento, a responder a un núcleo reducido de apoyo, obviamente es totalmente contradictorio. No puedes pretender construir mayorías sobre la base de un sistema político que sanciona al que busca construir mayorías.

—¿Cómo se resuelve? 

—Creo que uno debiese hacerse la pregunta de cómo corregimos esto para que, por ejemplo, una persona que tiene una votación inferior a cierto porcentaje, no goza de la representatividad suficiente para participar de la discusión porque si usted pesa lo mismo que una persona que tuvo mucha votación, el incentivo para usted es atrincherarse en una postura minoritaria y no colaborar a la construcción de mayorías. Entonces creo que el umbral partidario ayuda.

Ayuda también construir conversaciones entre grupos y no individualidades, y por lo tanto, establecer que si una persona renuncia o es expulsada de su partido, pierde el escaño, permite que el diálogo en el Parlamento se de entre grupos. Y lo tercero que para mí es importante es que debemos analizar si es razonable que un diputado represente 20 y tantas comunas.

Hoy día parte del castigo de la ciudadanía hacia los parlamentarios es que para nadie es posible en dos días o en semanas distritales esporádicas, representar a 22 comunas. Yo soy partidario de reducir los distritos. Es el minuto de plantearlo, de estudiarlo.

—¿La idea de un redistritaje viene acompañada de una reducción de los diputados? 

—No, yo quiero ser súper claro: No soy partidario de abrir ese debate porque acá de lo que se trata es cómo construimos, a la luz de lo que fue la experiencia de la Comisión Experta, puntos de acuerdo y no puntos de discordia, y es un hecho de la causa que eso es un punto de discordia.

—Hay analistas que también plantean que se debiese avanzar a elecciones con listas cerradas, es decir, que las personas por proyectos y no por personas. ¿Estaría de acuerdo? 

—Es que creo que hay muchas ideas, todas muy válidas, pero ese punto en particular genera disenso, entonces más que volver a reditar discusiones que existieron, sugiero aquellas cosas que concitaron acuerdo.

—¿Cuáles son? 

—El umbral, yo soy partidario que sea de un 5%, la pérdida del escaño, y quizás habría que explorar otro elemento como podría ser las órdenes de partido en ciertos casos, tratándose de temas en los cuáles se juega por ejemplo una definición política. Ahora, de nuevo, todo eso lo podemos revisar. Yo lo que digo es que miremos la experiencia que tuvimos hace poco y de ahí construyamos un acuerdo de fácil despacho en el Congreso.

—¿Ven apertura en todo el oficialismo? 

—Vemos apertura, especialmente después de lo que ha acontecido la última semana. Creo que hay mucha conciencia que no es sano para nuestra democracia que, por ejemplo, la presidencia de la Cámara termine escogiéndose sobre la base del pirquineo.

—¿Esas conversaciones en las que ven apertura tienen que ver con los acuerdos que llegaron en la Comisión Experta? 

—Sí. Lo que hizo la Comisión Experta es una especie de sinopsis que nos dejó el trabajo bastante avanzado.

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