Margot Robbie obtuvo su primera nominación al Oscar en 2017 por su actuación como Tonya Harding en "I, Tonya" y puede que logre una segunda luego de interpretar a la reina Isabel I en el drama "Mary Queen of Scots", del escritor de "House of Cards", Beau Willimon.

La actriz, de 28 años, volvió a la pantalla grande de la mano de este nuevo papel, el cual le significó una gran transformación física y psicológica. Con una peluca roja y con rizos; y un maquillaje que la hacía lucir completamente diferente, Robbie confesó que no fue fácil ponerse en los zapatos de la reina.

"Apenas podía mover mi cara porque había mucha prótesis. El plástico estaba pegado en la cara", explicó durante una entrevista con Today. Y agregó: "La ropa era muy restrictiva, como lo eran en ese momento. Me sentí atrapada".

La protagonista de "El lobo de Wall Street" además compartió recientemente en una entrevista con Harper's Bazaar que sus compañeros de elenco a menudo se sintieron intimidados cuando ella estaba personificada como Elizabeth I, especialmente en la etapa cuando la reina se vio afectada por una horrible viruela.

"Yo les decía, 'Hey, ¿cómo estuvo su fin de semana?' Pero ellos ni siquiera se acercaban a mí", señaló la actriz recordando los momentos cuando ella intentaba acercarse a sus colegas mientras estaba cubierta de cicatrices y maquillaje blanco.

 “Fue muy difícil ese momento y me sentí muy sola. Fue un experimento social interesante", aseguró respecto a la cinta, que se estrena en Estados Unidos este 7 de diciembre.

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