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Juicio por crímenes de guerra contra los retornados de Siria

Juicio por crímenes de guerra contra los retornados de Siria
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En Siria, Aria L. supuestamente habría posado junto a cabezas cortadas de personas muertas. Ahora, el joven alemán de 21 años de edad se enfrenta a un juicio. Los cargos: crímenes de guerra.

Por primera vez un retornado de la guerra siria será juzgado por crímenes de guerra en Alemania. Según la acusación, el ciudadano alemán Aria L. salió de Alemania en la primavera de 2014 hacia Siria para unirse a las milicias islamistas. Al parecer, fue entrenado para manejar armas y tomó parte en la lucha contra el régimen de Al Assad en Siria.

La acusación, sin embargo, se centra en un evento en concreto: a mediados de abril del año 2014, el joven -que ahora tiene 21 años de edad- publicó en Facebook una foto en la que aparecía posando junto a las cabezas de dos personas decapitadas. Las cabezas habían sido colocadas en dos postes metálicos a modo de trofeo. Según el derecho internacional, Aria L. habría “lesionado de forma seriamente degradante y humillante la obligación de proteger a las personas”, asegura el fiscal general. Es por eso que ha acusado a Aria L. de crímenes de guerra. El juicio ante el Tribunal del Estado de Hesse en Fráncfort comienza el martes.

Espeluznantes fotos en Facebook

Hasta el momento no se sabe mucho del acusado. Según la prensa, Aria L. se habría radicalizado en la escena salafista del oeste de Alemania. A ello siguió una peregrinación a La Meca, un nuevo nombre y la unión a las filas de la yihad.

Un patrón conocido. “La escena salafista sabe cómo abusar de los jóvenes”, dice Thomas Mücke, jefe de la Red de Prevención de la Violencia. La asociación ayuda a padres cuyos hijos se han radicalizado y trabaja con los que regresan de Siria. “La mayoría son reclutados por amigos de la misma edad”, explica Mücke. “Muchos buscan apoyo, orientación y una comunidad. Algo que todos creen encontrar en los extremistas”. Cuando aterrizan en medio de la guerra civil, muchos experimentan un verdadero choque con la realidad. La presión es enorme. “Los que cometen graves actos de violencia en Siria ya estaban preparados para ello antes de partir”, indica sin embargo Mücke.

¿Manos manchadas de sangre?

Pero probar que los retornados tienen las “manos manchadas de sangre”, como formuló recientemente el fiscal general Peter Frank, es extremadamente difícil. Lo difícil es conseguir evidencias de sus actos en territorio sirio, explica el fiscal.

Mientras tanto, cuatro unidades de la Fiscalía se encargan de investigar a los yihadistas alemanes. Aunque ya han sido elaboradas las primeras sentencias, se espera que este año se ponga en marcha la ola de procesos. Actualmente hay alrededor de 130 casos abiertos contra casi 200 acusados. Anteriormente, la mayoría de los casos eran acusaciones de pertenencia o apoyo a organizaciones terroristas. Entre tanto, la Oficina Federal de Investigación Criminal ha determinado que en 13 de los casos hay indicios de crímenes de guerra.

Se esperan más procesos

 “Si hay evidencia de crímenes de guerra, la Justicia alemana debe actuar”, afirma el experto de derecho internacional Christian Tomuschat. Independientemente de si el acusado es un ciudadano alemán, o no, e independientemente de dónde se haya cometido el crimen. Estos procesos no son nuevos para los fiscales alemanes. “Estos, sin embargo, son complicados y laboriosos”, dice Tomuschat. “Sobrecargan a la Administración de Justicia”. Los testigos tienen que ser traídos a Alemania desde las zonas de guerra y contratar a traductores. Los hoteles están llenos. “Nadie quiere hacer eso”, dice Tomuschat.

Aria L. lleva detenido desde que regresó a Alemania en octubre de 2015. Aunque posar con las cabezas de personas fallecidas parece ser, claramente, un crimen de guerra, la lesión de la ley internacional es, sin embargo, una cuestión de interpretación. Y eso es algo que tendrá que decidir el Tribunal.

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