Por Phillip Durán
A una semana de que la Presidenta Michelle Bachelet se reúna con el Papa Francisco en Roma, la Cancillería chilena hizo ver su molestia a la Santa Sede por intervenir en el debate sobre la aspiración boliviana de una salida al mar.
Según fuentes diplomáticas, el mensaje fue transmitido tanto en Roma como en Santiago. En el primero caso, la gestión fue realizada por la embajadora chilena en la Santa Sede, Mónica Jiménez. En Chile, el nuncio apostólico, monseñor Ivo Scapolo, fue convocado a la Cancillería para abordar el tema.
El rol del Vaticano en el tema marítimo, comentan en círculos diplomáticos, es una de los principales temas de preocupación en la Cancillería chilena, luego de que el año pasado el presidente de Bolivia, Evo Morales, abordara el asunto con el Sumo Pontífice en una visita a Roma. Tras esto, Francisco confirmó –pese a gestiones chilenas- que visitaría La Paz en julio de este año y que Chile quedaría incluido en una nueva gira a la región en 2016. Bolivia apuesta porque, durante su viaje en julio próximo, el Papa entregue algún respaldo político o comunicacional a La Paz.
En ese contexto, el episodio que gatilló ahora la molestia chilena comenzó a fines de la semana pasada, cuando la Universidad Católica de Buenos Aires publicó en su página en internet dos documentos con supuestas conclusiones de una reunión de 12 académicos de Chile, Bolivia y Perú. La cita había sido convocada por el rector de dicha casa de estudios, arzobispo Víctor Manuel Fernández.
En los documentos se mencionó una propuesta de salida al mar para Bolivia, que incluye “un territorio entre la cordillera de los Andes y el Pacífico integrado por las tres naciones”. “Esta área de soberanía compartida solo involucra el corredor, el puerto de Arica y el mar adyacente y no afecta la situación jurídica configurada a partir de los tratados celebrados por Chile, Bolivia y Perú”. Además, se mencionaba la idea de pedir a Unasur, Celac y al ex presidente uruguayo José Mujica que hicieran gestiones ante los Presidentes de Chile, Bolivia y Perú para abrir un “diálogo amigable” sobre una salida al mar.
En este contexto, a principios de esta semana, la embajada chilena en Buenos Aires se contactó con el arzobispo Fernández, para pedir explicaciones sobre el texto y señalarle que se trata de un asunto estrictamente bilateral. Fernández admitió que las mencionadas propuestas no habían sido parte de las conclusiones del grupo de académicos y que habían sido añadidas por él al texto. Pero agregó que, más allá de esas conclusiones, el Papa Francisco estaba informado de la actividad realizada en la Universidad de Buenos Aires. Esto, agregó Fernández, con el objetivo de impulsar un diálogo en torno al tema desde una tribuna “académica”.
Esta explicación encendió las alarmas en la Cancillería chilena, pues se interpretó como una señal de que El Vaticano podría apuntar a asumir algún rol en el debate con Bolivia.
Así, tras analizar la postura expresada por el arzobispo Fernández, la Cancillería –a cargo del ministro Heraldo Muñoz- instruyó a la embajadora en la Santa Sede hacer ver la molestia chilena. Y autoridades del ministerio en Santiago hicieron lo propio con el nuncio Scapolo.
Hace dos semanas, en medio de los alegatos en La Haya, el canciller Muñoz viajó a Roma, donde se reunió con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. Según fuentes diplomáticas, Muñoz consiguió el compromiso de que la Santa Sede asumirá un rol neutral en el tema, sobre todo en la visita que realizará el Papa en julio próximo a La Paz.
El tema de la disputa con Bolivia, además, podría ser parte de las agenda de la Presidenta Michelle Bachelet en Roma, cuando se reúna con el Papa Francisco el viernes próximo.
Consultados por T13, en la Cancillería chilena, declinaron hacer comentarios sobre el tema.
