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Cómo una mujer analfabeta escribía cartas de amor a su esposo inmigrante en 1973

Cómo una mujer analfabeta escribía cartas de amor a su esposo inmigrante en 1973
T13
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Una romántica muestra de que el amor no tiene ningún tipo de frontera, y que es un lenguaje en sí mismo.

El amor tiene poderes insospechados, y cuando se interpone la distancia entre los que lo experimentan, su intensidad se multiplica haciendo de lo imposible, algo factible. 

Es el caso de esta carta, encontrada por un escritor siciliano, llamado Gesualdo Bufalino y citada en su libro La Luce e il Lutto (La luz y el duelo).

La misiva data de 1973, y fue "escrita" por una mujer cuyo esposo se encontraba en condición de migrante en Alemania. Su caso calzaba dentro del 5,2% de analfabetismo en Italia durante la década de los 70'. 

Al no poder hilar oraciones, se rehusó a pedir la ayuda de un escribano (una persona que escribe lo que escucha por parte de otra persona) dado que deseaba guardar la intimidad de sus mensajes. 

Por ese motivo, ideó un lenguaje codificado junto a su esposo, el cual sólo ambos podrían entender. 

En un interesante ejercicio, Bufalino logró traducir los símbolos y transformar la historia en una carta con oraciones. Qz.com tomó la traducción de Bufalino y la transcribió en inglés. En T13.cl tomamos la posta, y la tradujimos al español. Este fue el resultado: 

"Mi querido amor, mi corazón se atormenta por tu distancia, por lo que estrecho mis brazos hacia ti, juntos, con nuestros niños. Todos estamos con buena salud, yo y los dos más mayores; no tan bien, aunque no seriamente, el más pequeño. La carta anterior que te envié no recibió respuesta, y estoy muy triste por eso. Tu madre, golpeada por la enfermedad, está en el hospital, donde voy a visitarla. No te preocupes que voy no con las manos vacías; o a solas, inventando chismes: nuestro hijo del medio viene conmigo; mientras el mayor cuida del pequeño. 

Me aseguro que nuestro pequeño campo esté arado y sembrado. A los dos trabajadores, les pago 150.000 liras (385 mil pesos chilenos). Las elecciones del pueblo se están llevando a cabo. Voté por la Democracia Cristiana, como sugirió nuestra parroquia. Para la hoz y el martillo (los comunistas), la derrota ha sido enorme: es como si hubiesen muerto y puestos en un ataúd. 

Pero ganen unos u otros, todo es lo mismo. Nada cambia para nosotros, la gente pobre: cavamos ayer, y seguiremos cavando mañana. Hubo muchas aceitunas este año, de nuestro olivo. El hombre y dos jóvenes que contraté, uno para tumbarlas al suelo y los otros dos para recogerlas, me cuestan 27.000 liras (61 mil pesos chilenos). Gasté 12.000 liras (31 mil pesos chilenos) para una prensa de olivos. Obtengo suficiente aceite para llenar una jarra completa, y una más pequeña. Puedo venderlas a precio corriente, que es 1.300 liras (3.100 pesos chilenos) por litro.

Mi lejano amor, mi corazón te piensa. Ahora, especialmente que la navidad está cerca, desearía que estuvieras aquí conmigo, corazón con corazón. Un abrazo, ojalá, para mí y para nuestros tres pequeños hijos. Adiós, querido amor, mi corazón es tuyo y soy fiel a ti, unida a ti, como nuestros anillos a nosotros".

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