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Chileno gana festival de cine en Francia con cortometraje que incluye un monstruo

Chileno gana festival de cine en Francia con cortometraje que incluye un monstruo
T13
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"Hombre" es el trabajo del director nacional Juan Pablo Arias, destacado con el Prix Courtoujours del festival Cinélatino Rencontres de Toulouse, que reconoce lo mejor del cine latinoamericano.

El cineasta chileno Juan Pablo Arias se quedó con el premio Prix Courtoujours del festival Cinélatino Rencontres de Toulouse, Francia —que reconoce lo mejor del cine latinoamericano—. El realizador nacional fue condecorado por su cortometraje "Hombre" (2017), un trabajo que involucra a los géneros de fantasía y terror para tratar temas como la crianza machista y su determinación en la identidad masculina durante la adultez.

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"Me emociona que el premio que recibimos haya venido desde la gente más joven porque significa que ese público logró conectar con el lenguaje  y la temática de la película", cuenta el director a T13.cl, apuntando al jurado compuesto por los estudiantes universitarios de la ciudad francesa.

De hecho, en esa línea donde se enfrentan realidad y fantasía, aparece un monstruo entre los personajes. Un humanoide con el que se metaforiza acerca de los miedos creados por la violencia con la que el protagonista debe vivir en su afán por convertirse en un hombre como su padre.

—¿Cómo ha sentido la recepción que ha tenido el público con su producción?

"Me siento muy emocionado y sorprendido con la recepción que ha tenido el cortometraje. Creo que las audiencias responden muy bien a los elementos de terror y fantasía que se exploran en el cortometraje y agradece que se utilicen para proponer conflictos humanos honestos e importantes. Eso era precisamente lo que intentábamos hacer con la película, utilizar un lenguaje cercano y entretenido para establecer conversaciones de relevancia. El lenguaje que tiene la película  es bastante abstracto y la linea de la realidad planteada no es completamente objetiva. Es interesante ver que la gente igual logra conectar con eso, mientras tenga suficientes elementos dramáticos de los que afirmarse".

—Acerca de esta reciente exploración en el cine de terror y el cine fantástico, ¿de dónde viene esta característica de tu trabajo actual?

"Creo que mi interés de combinar los elementos de fantasía o del cine de terror con temáticas más relevantes, como la masculinidad tóxica en este caso, tiene dos orígenes. Por un lado creo que en Latinoamérica tenemos una manera muy particular de contar historias. La convivencia de elementos supernaturales con la cotidianidad es uno de los grandes aspectos de nuestra identidad —el realismo mágico se inventó en Latinoamérica— y hace a nuestras narrativas muy especiales. Desde mi perspectiva, una apropiación del género del terror tiene que pasar también por la forma en que nos relacionamos con nuestras narrativas locales y nuestra memoria como pueblo. Por otro lado, la intención de explorar de esta manera el género tiene que ver con una constante frustración con las películas de terror. El imaginario de este género de cine es una herramienta muy poderosa para explorar ideas más abstractas de la psicología de los personajes, pero muy a menudo se ocupa solo para el entretenimiento o la exploración de miedos más instantáneos sin capas más profundas de sentido. Mucha gente que hace cine de terror no respeta su genero lo suficiente como para darle un sentido más profundo. Mi trabajo es un intento de buscar un lenguaje que enfrente este conflicto".

—Veo a este monstruo, lo ligo a la temática del filme y no puedo evitar pensar en "La forma del agua". En ese sentido, ¿siente alguna relación con el trabajo de Guillermo del Toro?

"Curiosamente, cuando Guillermo del Toro ganó el Oscar habló sobre el poder de la fantasía para contar las cosas que son reales en el mundo. Esto resonó mucho conmigo porque se relaciona con lo que he estado tratando de hacer con mi trabajo. Utilizar el imaginario de la fantasía y el terror para hablar de un conflicto que trasciende el miedo instantáneo al daño físico. El conflicto en juego en 'Hombre' tiene que ver con la identidad y el origen de la violencia con la que se relaciona al género masculino. El conflicto es interior y personal. Guillermo del Toro usó a un monstruo en 'La Forma del Agua' para hablar de la manera en que la sociedad se relaciona con la idea del 'otro' o con los que son 'diferentes'. Creo que esos conflictos no son usualmente explorados en el cine de terror y fantasía".

—¿Qué significan los monstruos para usted?

"Para mí los monstruos son representaciones físicas de nuestros conflictos interiores o de nuestra manera de ver la realidad. Cuando se manifiestan, nos someten a preguntas sobre nosotros mismos y nuestra manera de vivir que sería difícil que enfrentáramos en una realidad objetiva. La naturaleza del monstruo depende del conflicto y el estado psicológico del personaje que los enfrenta".