Una compleja cirugía de siete horas en la Clínica Las Condes permitió que Javiera siguiera viviendo gracias a un nuevo órgano, convirtiéndose además en la guagua más pequeña en ser sometida a este tipo de operación.

Sin embargo, pese a que los primeros avances fueron favorables, nuevos análisis determinaron que existe calcificación en su hígado, por lo que deberá ser sometida a un nuevo trasplante, según indicaron sus doctores.

Esta vez se requerirá de un donante vivo, por eso sus padres ya se sometieron a exámenes para ver si son compatibles. En el caso de resultar negativo, se iniciará una nueva búsqueda de donante.
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