Mientras en Gotemburgo, la segunda ciudad más grande de Suecia, comenzará un experimento en el que las jornadas laborales durarán sólo seis horas, en Chile parece que la situación fuera al revés.

Varios países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos han optado por preferir menos horas de trabajo para aumentar la productividad. En Holanda, por ejemplo, varios trabajan sólo cuatro días a la semana, mientras que en Alemania un gran número de su fuerza laboral trabaja a medio tiempo.

Chile, en cambio, se acerca a los niveles de Grecia y México, países que han probado que su productividad no va necesariamente de la mano con sus horas trabajadas.

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