La denuncia la hizo el períodico local Irish Mail: 796 cadáveres de menores fueron enterrados en una fosa común y luego olvidados.

Entre 1925 y 1961, miles de mujeres no casadas habrían pasado por un hogar de las monjas de Bon Secours junto a sus hijos ilegítimos.

En esos tiempos, las irlandesas fueron forzadas a dejar sus hogares por tener hijos fuera del matrimonio, pero el destino de muchos de ellos era hasta hoy desconocido.

"Los huesos aún están ahí" dijo al Washington Post la historiadora Catherine Corless, quien descubrió a los niños.

De acuerdo a la historiadora, la desnutrición y la negligencia de quienes los cuidaban determinaron la muerte de varios de ellos.

Aún así, parece extraño que a todos los hayan "tirado" prácticamente a un pozo séptico, donde estuvieron por años en el olvido.

 

 

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