Los sismólogos estadounidenses Michael Wysession y Jesse Lawrence hicieron un particular descubrimiento al este de Asia.

Mientras analizaban registros de ondas generadas por terremotos alrededor del mundo, se dieron cuenta de una zona donde las olas atenuaban su velocidad, por lo que decidieron investigarla aún más.

Así, los científicos descubrieron una parte de océano “hundido” bajo el manto terrestre del planeta, donde hay rocas que alcanzan a ser de hasta un 15% hechas de agua.

El fenómeno fue bautizado como la “anomalía de Pekín”, ya que es en esta ciudad donde las ondas analizadas se atenúan de mayor forma.   

 

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