Una joven ballena de 8 metros de longitud encalló el martes en la playa australiana de Palm Beach en Queensland, mientras realizaba su migración anual.

De inmediato una veintena de personas se acercó a ayudarla, empujándola de vuelta al mar. Sin embargo, el inmenso animal fue difícil de rescatar.

En la primera noche, no bastó con la fuerza de los que quisieron contribuir, sobre todo porque era de noche y oscureció temprano, además que, en su afán de regresar al mar, la ballena casi aplasta a los rescatistas.

Luego de 36 horas en que la mantuvieron con vida, los equipos de Sea World Australia, con la ayuda de excavadoras y el apoyo de cientos de espectadores, pudieron liberar al animal (que muchos bautizaron como Willy).

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