Luego de años en polémica, el artículo 475 del código penal de Marruecos fue finalmente modificado.

El cambio vino después de un trágico caso en 2012, cuando Amina Filali de 16 años se suicidó al poco tiempo de ser obligada a casarse con su violador, un hombre de 25 años.

Ante los constantes abusos físicos de su esposo, la niña decidió tomar veneno para ratas, solo siete meses después de haberse casado.

El artículo 475 señalaba que los abusadores sexuales de menores de edad podrían recibir entre uno y cinco años de cárcel, a menos que la víctima contrajese matrimonio con su violador.

La práctica se fundamentaba en que, en ciertos sectores rurales y conservadores del país africano, es considerada una deshonra que una mujer soltera pierda la virginidad, por lo que algunos creían que el matrimonio entre violador y víctima era la solución.

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