Kailai fue condenada a la pena de muerte en China. Sin embargo, ésta quedó suspendida por 2 años. Al cabo de ese tiempo, la justicia revisará su comportamiento y si demuestra buena conducta podrá conmutar la pena de muerte por cadena perpetua.
Se trata de un homicidio que no sólo terminó con la vida del empresario inglés, sino también con la carrera política de su marido, Bo Xiali, quien hasta marzo de este año era el secretario general del Partido Comunista.
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