El animal se acercó y brincó a su vehículo. Con curiosidad, el cachorro observó desde el vidrio delantero para luego subir hasta el techo donde se asomó por la ventanilla corredera. Se aproximó tanto y tan sigilosamente que incluso pudo oler su cabello.


 


La inesperada acción del chita no paralizó al guía ni a la fotógrafa, quien tomó inmediatamente su cámara para registrar el increíble encuentro con la vida salvaje.


 



 




 




 




 




 




 




 




 




 



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