Las investigaciones de la fiscalía francesa permitieron establecer la existencia de graves indicios coincidentes, que implicarían la complicidad entre el asesino y su hermano en la preparación de crímenes vinculados a actividades terroristas.

Los agentes a cargo de atraparlo pudieron sacarle información antes de que muriera, como que él estaba orgullo de sus crímenes y de "haber puesto a Francia de rodillas". Nunca estuvo en sus planes perpetrar un atentado suicida porque quería ver a sus víctimas morir, tocarlas y grabarlas.
Publicidad