De acuerdo a medios locales, hay más de 200 mil afectados. El Gobierno decretó tres días de duelo nacional por las víctimas e hizo un llamado para que la gente retome sus actividades normales. Junto a eso disminuyó el nivel de la alerta a nivel nacional.

Uno de los casos más dramáticos ocurrió en una remota localidad en que una familia de diez integrantes pereció completa al quedar sepultada por un muro de su vivienda.

La situación obligó al presidente Otto Pérez Molina a viajar a la zona devastada, donde aún no se han restablecido los servicios básicos, sobre todo la electricidad. Según las primeras evaluaciones, las carreteras y vías montañosas presentan graves daños. También funciona parcialmente la telefonía de red fija, mientras que los celulares están intermitentes.

Más de 2.000 miembros del Ejército y medio millar de agentes de la Policía Nacional Civil, fueron enviados a la zona del desastre para colaborar con las tareas de rescate y resguardar la seguridad de los pobladores.
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