Un 13 de marzo de 2013, Francisco Bergoglio se convertía en el primer Papa latinomericano y también el primero jesuita, todo un acontecimiento que fue visto por el mundo entero.

Hoy, se cumplan dos años desde que este argentino llegara en medio de una Iglesia Católica viviendo una fuerte crisis por el escándalo de abusos de menores por parte del clero.

Dentro de su periodo pontificado ha destacado su austeridad, en donde no le gusta viajar en limusina y se aloja en la modesta residencia de Santa Marta. 

Además, otro punto que lo ha caracterizado es su trato con la gente y un discurso más bien poco convencional.

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