En este panorama, el Gobierno de Evo Morales volvió a pedir el diálogo para atender "todos los conflictos sociales en el país", según indicó el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, en una conferencia de prensa.

"Estamos con las puertas abiertas para el diálogo", dijo Quintana en el Palacio Quemado, lugar fuertemente custodiado por la Policía ante el asedio de las protestas.

La reiterada detonación de cartuchos de dinamita, las interrupciones al tránsito, las manifestaciones en el centro de La Paz y la huelga de hambre de los médicos en una Iglesia Católica, marcan la situación que se vive en Bolivia.

"Que el gobierno se ponga la mano al pecho, que se sensibilice", manifestó una paramédica que no quiso identificarse al iniciar una huelga de hambre, junto a una decena de compañeros en la iglesia de San Agustín.

La jornada del martes en La Paz culminó con 4 policías heridos y unos 10 manifestantes detenidos.
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