Australia batió durante el 2013 todos los récords de calor de su historia. Esto ha traído consecuencias en la flora y la fauna, además de los gigantescos incendios forestales, tristemente famosos a nivel mundial.

La ola de calor que afectó al estado de Queensland, fue superior a la resistencia de miles de murciélagos que se desplomaron desde decenas de metros sobre la tierra. Muchos residentes trataron de ayudar a los moribundos, pero las autoridades recomendaron no tocar a los animales, para prevenir posibles infecciones.

"Es una forma horrible y cruel de morir", explicó Louise Sanders, presidenta de la sociedad de conservación de los murciélagos de Queensland.

 

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