Según declaró la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Navi Pillay, la forma en que murió el condenado Clayton Lockeat puede constituir un caso de tortura.

"Dicha ejecución parece ir en contra de la octava Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que establece que no se deben infligir castigos crueles e inusuales", señaló Rupert Colville, portavoz del ACNUDH.

"El de Lockett es el segundo caso de sufrimiento extremo reportado en lo que va de año y causado por el mal funcionamiento de las inyecciones letales", agregó.

Ante esto, se solicitó revisar a las autoridades de Estados Unidos las drogas letales utilizadas en las ejecuciones y los métodos para cumplir con esta norma de pena de muerte, de la cual la ONU no está de acuerdo.
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