Este sínodo vaticano concluyó con una negativa de parte de algunos obispos con respecto a la idea de apertura a gays y aceptación del divorcio.

Uno de sus mayores opositores es Raymond Burke, el llamado "cardenal antigay", quien preside el Tribunal Superior de la Signatura Apostólica.

Según indica la BBC, la propuesta de que los católicos divorciados se casaran de nuevo estuvo entre los temas que más generaron discrepancias al interior del Vaticano. Este punto no fue aprobado y finalmente fue eliminado del informe.

El Papa dijo que el documento completo del proyecto, igualmente deberá ser publicado.

Este informe se dio a conocer al término de una reunión de dos semanas entre los obispos de la Santa Sede.

Cabe recordar que el proyecto anterior señalaba que los homosexuales tenían "dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana".

Anteriormente, obispos progresistas y grupos de derechos de las minorías sexuales habían acogido la propuesta, siendo calificados como "traidores" por los grupos conservadores.

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