El distrito de Yarmana se ha mantenido leal al presidente sirio, Bashar Al Assad, y en las últimas horas ha sido el blanco de varias explosiones, de las que las autoridades acusan a "terroristas", como denominan a la oposición armada.

El Ejército Libre de Siria acusó al régimen de efectuar un auto atentado para desviar la atención de la masacre del fin de semana, donde murieron al menos 200 personas.

En su última evaluación de víctimas, los rebeldes afirmaron que desde marzo el año pasado han muerto más de 26 mil personas.
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