El medio destaca que durante su primer gobierno, Bachelet realizó ayudas especiales para compensar los crecientes costos de los combustibles y de los alimentos, y también entregó un bono en marzo y otro en agosto. Sin embargo, sostiene que "esta última sorpresa es diferente. Es permanente. El Estado estará obligado a pagarlo cada año".

Agrega que el pago sin duda hace algo para reducir la pobreza, aunque haya poco estudios que demuestren su eficacia, y pone fin a las disputas de cada año sobre si el Estado debe entregar dinero a las familias más vulnerables. Además, "da a Bachelet rápidamente algo que mostrar a sus partidarios".  Sin embargo, asegura que "entregar dinero a la gente simplemente porque es marzo no va a resolver los complejos problemas de la pobreza y la desigualdad".

El texto relata como el tercer mes del año es el más cruel para los chilenos, ya que se juntan distintos gastos, y cuenta como se utiliza el término "marzitis" para describir el malestar colectivo que aflige al país en esta época del año. "Es por eso que los políticos chilenos consideran marzo como un buen mes para repartir dinero a los pobres. Alegra a la gente cuando más lo necesita, y ganan votos".

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