La lista crece cada semana y los nombres que van apareciendo en ella son los de más alto perfil que ha tenido el fútbol español en la última década.

El más reciente en verse involucrado en un caso de fraude fiscal es el técnico José Mourinho, que fue denunciado por la Fiscalía Provincial de Madrid por delitos contra la Hacienda Pública cometidos en 2011 y 2012.

Mourinho, que en esa época era entrenador del Real Madrid, todavía no ha respondido a las acusaciones.

El ministerio público mencionó dos delitos contra la Hacienda Pública relacionados con el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), en los que la cantidad defraudada que se le atribuye asciende a US$3.684.846 (?3.304.670).

La fiscalía asegura que el actual entrenador de Manchester United utilizó una estructura societaria "con el objeto de hacer físicamente opacos los beneficios procedentes de sus derechos de imagen".

Señala que en sus declaraciones de los ejercicios fiscales en los años mencionados no presentó los ingresos procedentes de la cesión de sus derechos de imagen, que en la denuncia se específica lo hizo "con ánimo de obtener un beneficio ilícito".

El técnico portugués ya había sido informado en 2014 que sería investigado y al año siguiente reconoció la falta de declaración de una parte de sus derechos de imagen, por lo que tuvo que desembolsar más de US$1 millón.

La semana pasada la fiscalía acusó formalmente a Cristiano Ronaldo, quien declarará el próximo 31 de julio, mientras en mayo el Tribunal Supremo ratificó la sentencia de 21 meses de prisión sobre el argentino Lionel Messi, quien fue hallado culpable junto a su padre de tres delitos fiscales.

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