Según el tribunal, la empresa de conciertos AEG Live no es responsable del deceso de Michael Jackson, ocurrido el 25 de junio de 2009.

La madre del artista, Katherine Jackson, demandó a la productora de eventos por 1.500 millones de dólares, acusándola de negligencia por contratar al doctor Conrad Murray, quien le suministró una sobredosis de Propofol que terminó con la vida del artista.

El médico podría quedar en libertad a fines de octubre, luego de cumplir una condena de dos años por homicidio involuntario.

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