Bieber y su séquito salieron del hotel de la localidad Surfers Paradise para jugar basquetbol, cuando se les ocurrió sacar latas de pintura y dibujar sobre una pared, sin contar con ningún tipo de autorización.

Ante esta acción el alcalde Tate reaccionó con mucha molestia y pidió que los mismos autores deban borrar el graffiti enviándoles un kit de limpieza, que finalmente nunca llegó a sus manos ya que se habían retirado del lugar.

Tras esto calificó al joven cantante de "muy, muy tonto", y aseguró que "si una persona normal hiciera eso, le caerían 80 o 100 horas de trabajo en beneficio de la comunidad", aseguró la autoridad. "Todos hemos sido jóvenes (...) pero en este caso hizo una gran tontería. Pero puede redimirse y le pido que trate a Gold Coast tan bien como sus fans le tratan a él".
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