Cuando el Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu inicie este lunes 11 de septiembre en Argentina su visita a América Latina, en la que también estará por unas horas en Colombia y dos días en México, habrá hecho historia: es el primer jefe de gobierno israelí en funciones que llega a Latinoamérica.

Y no es una mera cuestión de agenda lo que lo ha determinado sino un momento político muy claro. Es lo que Modi Efaim, Director General de la Cancillería israelí para América Latina ha llamado "la llegada de gobiernos amistosos y la casi desaparición de gobiernos populistas", como marco propicio para el afianzamiento de relaciones.

Israel tiene hoy una mirada hacia América Latina como aliado estratégico y ello se puede concretar únicamente cuando hay gran afinidad.

Esta situación es notoria con Colombia, aunque no nueva ya que las relaciones eran muy cercanas también en los tiempos del presidente Álvaro Uribe, especialmente en el ámbito de la seguridad.

Con México las relaciones están "en su mejor momento en años"-según dijo a BBC Mundo Yoed Magen, Director del Departamento de América Central, Caribe y México en la Cancillería israelí.

Argentina es el ejemplo más claro del cambio político que facilitó un acercamiento a Israel, del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner al de Mauricio Macri.

Shmulik Bass, Director de América del Sur en la Cancillería en Jerusalén, dijo a BBC Mundo que "el gobierno de Macri es el primero que muestra gran seriedad en la investigación de los atentados contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y la mutual comunitaria judía AMIA en 1994".

Contrarrestando a Irán

Ello está relacionado también a la influencia de Irán en la zona que Israel tiene gran interés en contrarrestar, lo cual le es clave desde un punto de vista político y de seguridad.

Y el caso argentino refleja con especial claridad la incidencia estratégica del cambio en el tipo de gobiernos en la región.

Cabe recordar que, con base en lo hallado en la investigación del atentado contra la AMIA por parte del Fiscal Alberto Nisman, Interpol emitió órdenes de arresto internacionales a cinco jerarcas iraníes por su supuesto involucramiento en el ataque.

Luego Nisman aseguró que la propia Presidenta Cristina Fernández de Kirchner estaba involucrada en un plan de encubrimiento del atentado, para favorecer a Irán, lo cual ella y su Canciller, Héctor Timerman, negaron rotundamente.

El 18 de enero del 2015, el Fiscal de la causa AMIA fue hallado con un tiro en la cabeza en su departamento, un día antes de su planeada comparecencia ante el Senado, donde iba a presentar pruebas sobre sus acusaciones contra la entonces Presidenta.

La elección de Mauricio Macri inició una nueva era en la relación con Israel y el alejamiento de Irán.

Cuando en agosto del año pasado el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, realizó una gira por Latinoamérica a fin de intentar intensificar vínculos que se habían debilitado, Argentina no estaba en la agenda.

Tampoco Brasil, donde la caída de Dilma Roussef también significó un alejamiento.

Quienes sí estaban incluidos eran países que, justamente, no mantienen relaciones diplomáticas con Israel: Venezuela, Cuba y Bolivia, aunque también Ecuador y Chile-que sí las tiene- y Nicaragua, que en ese momento no las tenía pero meses después las reinstauró.

La más destacada puerta de entrada de Irán al continente fue la Venezuela de Hugo Chávez, tanto en el ámbito económico como militar.

La relación cercana continúa con el gobierno de Nicolás Maduro que recibió un explícito apoyo de parte de Irán, cuyo Canciller Zarif felicitó el mes pasado a Caracas por la elección de la Asamblea Constituyente promovidas por Maduro.

Cerca, desde lejos

Sin embargo, el deseo israelí de alejar a Irán lo más posible de América Latina, no es presentado como punto central del viaje de Netanyahu.

Hace ya más de tres años, en mayo del 2014, el gobierno israelí aprobó la resolución 1604 que hablaba explícitamente de una relación estratégica con América Latina.

Esto incluye cooperación en diversos campos, desde lucha antiterrorista y coordinación de seguridad hasta intercambios económicos y capacitación tecnológica.

El trasfondo es una relación histórica. Los votos de los países latinoamericanos fueron claves en la aprobación de la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU aprobada en noviembre de 1947, preámbulo de la creación del Estado de Israel, lo cual es destacado a menudo por autoridades de ese país.

Ello, sumado a los intereses de intercambio e influencia política, condujo a una situación singular en la que a pesar de la distancia geográfica, Israel fue el primer país fuera de la región en pactar un TLC con Mercosur, es observador permanente de la OEA y observador en la Alianza del Pacífico.

Al visitar recientemente Israel el Secretario General de la OEA Luis Almagro, destacó que "en esta región definitivamente es el país que encarna mejor los principios de la organización, democracia y derechos humanos especialmente" y agregó que "Israel es hoy uno de los grandes amigos de las Américas".

La cuestión palestina

Esto no ha significado siempre identidad de opiniones. El Dr. Efraim Davidi, docente de Historia de América Latina en la Universidad de Tel Aviv, recuerda que casi 15 países del continente reconocieron al Estado palestino.

Entre ellos, el régimen anterior en Argentina. México y Colombia no lo han hecho, lo cual Israel interpreta como comprensión de su explicación sobre la necesidad de aguardar a que un Estado palestino nazca como producto de negociaciones entre las partes.

Davidi recalca que "América Latina nunca desempeñó un papel sustancial en la mediación internacional del conflicto en el Medio Oriente".

Más allá de diferencias políticas que ha habido y sigue habiendo en temas como la cuestión palestina, los lazos de cooperación entre Israel y Latinoamérica han sido siempre de gran intensidad.

Aproximadamente 90.000 profesionales latinoamericanos han participado casi desde la creación de Israel en diversos cursos de desarrollo en campos variados, organizados en su mayoría por la División de Cooperación Internacional de la Cancillería israelí.

Unos 35.000 de ellos, becados a cursos en Israel, y otros, beneficiándose de los cursos en sus respectivos países.

Un punto que no se menciona en reportes oficiales formales pero que es notorio de fondo, es el interés del israelí promedio, especialmente los jóvenes, en América Latina y el idioma español.

Yoed Magen, del Ministerio de RREE, que fue embajador de Israel en Colombia, lamenta que Netanyahu no tenga en su visita tiempo para recorrer y pasear.

"Pero estoy seguro que ya en unas horas, captará la calidez del carácter latino".

Con una sonrisa, agrega: "Me gustan la cultura, el ritmo, la música y los colores de Latinoamérica. Es el continente que trajo al mundo la salsa, el tango, la samba y el merengue, que hacen que millones de latinos se alegren. Y eso nos contagia también a nosotros, los israelíes".

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