AFP

Diez civiles, entre ellos un niño, murieron en bombardeos de la aviación turca y disparos de artillería en una ciudad al norte de Siria y en sus alrededores, controlada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), indicó el viernes una organización no gubernamental.

Los bombardeos alcanzaron el jueves la ciudad de Al Bab y la región cercana de Tadef, ambas controladas por Estado Islámico, precisó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos 

Al Bab y sus alrededores están en la mira desde hace semanas. La aviación turca, la rusa y la del régimen sirio llevan a cabo intensos bombardeos.

En esta guerra en Siria con múltiples actores, Rusia ayuda militarmente al régimen de Bashar al Asad contra los yihadistas y los rebeldes. Turquía da un apoyo militar a los grupos rebeldes que combaten a los yihadistas en el norte de Siria, cerca de su frontera.

"Al menos diez civiles murieron por los bombardeos aéreos y de artillería de los turcos en sectores de Al Bab y en la localidad de Tadef", dijo el OSDH.

Ankara lanzó el 24 de agosto una ofensiva militar en Siria, en cooperación con los grupos rebeldes, para desalojar a EI así como a las milicias kurdas de las regiones sirias en la frontera con Turquía.

Las fuerzas turcas despliegan sus bombarderos regularmente en apoyo a operaciones terrestres, pero Ankara sostiene que se hace todo para evitar pérdidas civiles.

El jueves, el ministro de Defensa ruso anunció que la aviación rusa y turca lanzaron nuevamente juntas bombardeos aéreos contra las posiciones de EI en Al Bab, en la provincia de Alepo (norte).

El 12 de enero Ankara y Moscú firmaron un acuerdo que especificó los mecanismos para "coordinar" los bombardeos contra los "objetivos terroristas".

Rusia y Turquía, junto a Irán, otro apoyo al régimen, impulsaron un alto el fuego entre el poder y los grupos rebeldes, que entró en vigor el 30 de diciembre, reduciendo considerablemente la violencia.

Los yihadistas de EI están excluidos de esta tregua.

Rusos, iraníes y turcos impulsaron asimismo las negociaciones de Astana entre representantes del régimen y de los rebeldes que terminaron el martes sin avances tangibles para resolver un conflicto, que dejó 310.000 muertos desde marzo de 2011.

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