Al menos nueve personas fallecieron a causa de una poderosa tormenta que azotó Alemania, Austria y Suiza.

Con vientos de hasta 190 kilómetros por hora, la tormenta Niklas sacó árboles de raíz y destrozó coches, casas y líneas eléctricas.

Ahora parece haber amainado, aunque hay retrasos considerables de transporte en algunas áreas.

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