AFP

La oposición venezolana redobló este jueves la presión internacional para abrir paso a un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, quien alista a la fuerza militar para iniciar ejercicios de defensa bajo estado de excepción.

El líder opositor Henrique Capriles y el presidente del Parlamento -de mayoría opositora-, Henry Ramos Allup, y otros diputados opositores se reunieron con el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y el ex mandatario panameño Martín Torrijos (Panamá).

"Se revisaron todos los problemas del país, el referendo, la economía. Hay una enorme preocupación mundial con el tema venezolano, (...) lamentablemente se ve que no hay la sensatez que se requiere", declaró el jefe de la bancada opositora, Julio Borges.

Maduro se reunió la noche del miércoles con Torrijos y Rodríguez Zapatero, quien explicará en una rueda de prensa el objetivo de su visita en medio del recrudecimiento de las tensiones.

El miércoles, los opositores exigieron el revocatorio en protestas en 23 ciudades, que dejaron una treintena de detenidos y siete policías heridos. Por la noche se escucharon cacerolazos en varios sectores de Caracas.

La oposición, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), reclama al Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusan de servir a Maduro, acelerar la revisión de un mínimo de 200.000 firmas -exigidas por ley- de las 1,8 millones que entregaron el 2 de mayo como requisito para activar el referendo.

La MUD presiona para que el revocatorio sea en 2016 y se convoque a elecciones, pues si se hace después del 10 de enero próximo -cuando se cumplen cuatro años del actual mandato- y Maduro pierde, los dos años restantes los completaría el vicepresidente, designado por el mandatario.

Según la encuestadora Datanálisis, 70% de los venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar a Maduro, la oposición necesita una votación de más de 7,5 millones de sufragios, cifra con la que fue elegido el gobernante en los comicios de abril de 2013.

El músculo armado 

Bajo estado de excepción, 519.000 militares y milicianos harán ejercicios de defensa el viernes y sábado, calificados por el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino, "sin precedentes" por su "alcance y naturaleza".

"Este ejercicio no es para causar ninguna alarma en el país", manifestó el ministro, quien lo justificó en el hecho de que "Venezuela en este momento está amenazada".

El politólogo Benigno Alarcón, de la Universidad Católica Andrés Bello, estimó que esos "grandes despliegues militares" buscan generar "temor" en la gente: "Hacerlos con la excusa de las amenazas externas es una buena manera de demostrar que se tiene el músculo armado", afirmó.

Tras las protestas, Maduro advirtió que tiene "listo" un decreto de "conmoción interior" si ocurren hechos "golpistas violentos", lo cual implicaría restricciones a las libertades civiles.

Aunque las protestas no fueron multitudinarias, en la calle aumenta el malestar ante la dramática escasez de comida, y el costo de la vida, pues el país petrolero tiene la inflación más alta del mundo (180,9% en 2015 y proyectada por el FMI en 700% para 2016).

"Esta situación la veo muy crítica, pareciera que no tiene arreglo, esto se demora para acomodarse. Yo firmé (para pedir el referendo), pero no fui a la protesta. Mejor me quedo resguardada", dijo a AFP una empleada doméstica de 55 años, quien pidió el anonimato.

Aún está fresco el recuerdo de las manifestaciones de 2014 -cuando murieron 43 personas- convocadas por el líder opositor radical, Leopoldo López, condenado a 14 años de prisión.

En el foco internacional 

Maduro sostiene que la oposición busca justificar una intervención de Estados Unidos, para lo cual pretende generar violencia, propagar la idea de que en Venezuela hay una "crisis humanitaria", y hace lobby en el exterior.

Una comisión de diputados pidió este jueves en Washington al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocar con "urgencia" la Carta Democrática Interamericana, mecanismo que puede activar el ente en caso de ruptura del hilo democrático en alguno de sus Estados miembro.

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En un fuerte cruce de declaraciones, Almagro aseguró que Maduro será un "dictadorzuelo" si bloquea el referendo, tras lo que el presidente lo llamó "basura".

Al reaccionar a esa polémica, el expresidente de Uruguay (2010-2015), José Mujica, quien fue muy cercano al chavismo, aseguró que Maduro está "loco como una cabra".

Mujica afirma que Maduro está loco como una cabra

Para el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, la "única manera" de superar la crisis es un revocatorio; en tanto que el líder del partido de izquierda radical español Podemos, Pablo Iglesias, dijo estar preocupado por una Venezuela "cercana al enfrentamiento civil".

Una pequeña luz se veía en el horizonte con la visita para fines de mayo del canciller del Vaticano, Paul Richard Gallagher, para mediar en la crisis, pero la visita fue cancelada, según la oposición porque Maduro la rechazó.

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