La carrera mundial por desarrollar una vacuna contra el coronavirus COVID-19 sigue su curso y ya hay luces de que podría estar lista hacia fines de 2020. Al menos así lo afirmó la Universidad de Oxford, donde detallaron que "si todo va bien" podrían tener las dosis en octubre de este año. 

Sin embargo, no sólo en esa universidad británica están trabajando intensamente por una vacuna. Son varios los países que realizan investigaciones para dar con la solución definitiva al virus, entre ellos China, que probará su vacuna en Chile. 

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En este escenario mundial, cabe preguntarse: ¿Por qué en Chile no es posible producir la vacuna contra el COVID-19? 

El doctor Alejandro Dinamarca, microbiólogo e investigador del Centro de Micro Bioinnovación (CMBi) de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso, sostiene que en la actualidad sería imposible producir en Chile una vacuna para inmunizar a la población contra el SARS-CoV-2, virus que produce COVID-19.

Explica que las etapas de los desarrollos científicos tecnológicos en el área de la Biotecnología son investigación básica, investigación aplicada, desarrollo de modelos prototipos, propiedad intelectual,  desarrollo de productos o servicios, implementación productiva y llegada al mercado o a la sociedad.

Las capacidades del país tienen limitaciones, advierte: “Hasta hace un año era técnicamente impensable hacer biotecnología enfocada a producir en Chile. Lo más exitoso que se ha hecho –bajo las actuales condiciones- es generar tecnologías patentadas y validadas para traspasarlas a otros países, porque aquí puedes crear y desarrollar una vacuna, pero no hacer la producción. Eso se puede ceder a terceros, básicamente porque en Chile no hay dónde producir. Es el negocio biotecnológico, que es diferente a la disciplina biotecnológica. Chile cometió el error de fortalecer el negocio más que el área. Por eso no es posible producir Covid-19 en Chile”.

Respecto al proceso de producción, el doctor Dinamarca señala que “es carísimo, requiere de una implementación tecnológica avanzada y una inversión estatal a mega escala”.

Además plantea que “es fundamental que Chile desarrolle y ponga más recursos a la biotecnología como disciplina, para que se puedan desarrollar soluciones terapéuticas, incluyendo a vacunas. Esto es factible, ya que se cuenta con científicos y científicas y biotecnólogos y biotecnólogas que pueden enfocarse en producir”.

Por su parte, la doctora en Farmacología Carolina Campos, académica de la Escuela de Química y Farmacia de la UV, coincide en la complejidad del proceso: "Primero los laboratorios farmacéuticos que están en Chile no son productores de vacunas. La producción de vacunas es compleja, requiere de controles de calidad y eficacia. Además, una cosa es tener capacidad e infraestructura para producir vacunas y otra cosa es tener la vacuna que se requiere en el momento", comenta.  

 

"Por ejemplo, para desarrollar la vacuna de COVID-19 tienes que trabajar con el virus o con fracciones del virus y eso requiere medidas de seguridad de alta envergadura y personal muy capacitado. Por último, el costo de hacer una vacuna es muy alto tiene que ser financiado por la industria. Y la industria tiene sedes en Chile, pero sus áreas de investigación y desarrollo por lo general no están aquí. En resumen, las limitaciones son que no tenemos laboratorios de producción de vacunas a gran escala ni el financiamiento para desarrollar los ensayos preclínicos y clínicos”, agrega. 

La doctora Campos concluye que "sería ideal que Chile pudiese producir vacunas, pero requiere un cambio en la destinación de recursos del Estado, que financie algo así y convoque a profesionales e investigadores con alta experiencia y competencia en el tema".

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