El desierto más árido del mundo es un ambiente complicado para la subsistencia. Sus características extremas han servido para probar equipamiento destinado a ser utilizado en Marte, pese a esto, un estudio señala que alguna vez tuvo una gran cantidad de agricultura ejercida por los pueblos preincaicos. 

"La transición a la agricultura comenzó aquí alrededor del 1000 a. C. y eventualmente apoyó a pueblos permanentes y una población regional considerable", escribe en un nuevo estudio un equipo de investigadores, dirigido por la bioarqueóloga Francisca Santana-Sagredo de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Una de las pistas que se tenía era el uso de técnicas de riego, pero la disponibilidad de agua parecía no ser suficiente para tener un cultivo exitoso en el desierto de Atacama. 

El estudio señala que la clave para lograr cultivos exitosos fue el uso de fertilizantes. Para comprobar esto se estudiaron   246 plantas bien conservadas gracias a la baja humedad de la zona, las que fueron analizadas utilizando la data de radiocarbono, lo que reveló un inusual aumento de isótopos de nitrógeno a partir del año 1000 DC. 

Entre las plantas analizadas, el maíz fue el más afectado y, al mismo tiempo, se convirtió en el cultivo más consumido, según un análisis separado de restos arqueológicos de huesos y dentales humanos de la región, que también mostró altas lecturas del isótopo de nitrógeno.

Según los investigadores, la "explicación más parsimoniosa" para el aumento en los valores de nitrógeno es la caca de ave antigua, técnicamente conocida como guano, que tiene una historia de uso como fertilizante en tiempos premodernos, incluso probablemente en el desierto de Atacama, como potenciador del crecimiento de cultivos preincaicos.

Los habitantes del desierto de Atacama tuvieron que transportar el fertilizante desde la costa unos 100 kilómetros para poder usarlos en el cultivo de diferentes plantes que les sirvieron para su sustento.  

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