El FMI recortó la proyección de crecimiento de la economía para este año, de 2,7% estimado en abril, a 2,5%. También redujo de 3,3% a 3,1%, las proyecciones para 2016.

Las cifras del FMI, prevén una desaceleración generalizada en la región, pero en el caso de Chile el organismo plantea que "la demanda privada se ha mantenido relativamente débil a pesar del impulso derivado del apoyo fiscal".

El FMI además estipula que la región se enfrenta a diversos riesgos, entre ellos, la desaceleración en China y su impacto en los contratos de futuro, el principal.

Entre otros factores, además, el ente advierte que el repunte proyectado de la actividad económica en 2016 "no se materializará si la confianza de las empresas y los consumidores permanece estancada en los bajos niveles actuales".

Además, a más largo plazo, el repunte proyectado de la actividad económica en 2016 y en adelante no se materializará si la confianza de las empresas y los consumidores permanece estancada en los bajos niveles actuales (o incluso retrocede aún más).

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