La "era del dinero barato" fue buena mientras duró.

Este miércoles, analistas de todo el mundo recibieron una noticia que todos esperaban: luego de casi una década en que el crédito estuvo disponible a costos extremadamente bajos, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, como se conoce en inglés) anunció el primer aumento en las tasas de interés en ese país desde junio de 2006.

La tasa de interés fue elevada en 0,25%, para ubicarse entre 0,25% y 0,5% anual.

Y se anticipa que ocurran nuevos aumentos en los próximos meses.

Una medida que tiene el potencial de afectar las vidas de millones de personas en todo el mundo.

Apenas 14 minutos después del anuncio de la Fed, el banco Wells Fargo, uno de los mayores en Estados Unidos, anunciaba que también elevaba ligeramente el costo de sus créditos comerciales.

También es previsible que en los próximos meses los bancos centrales de algunos otros países empiecen a ajustar hacia arriba sus propias tasas de interés, para evitar una salida masiva de dinero en busca de mayor rendimiento en Estados Unidos.

Y así, a medida que la decisión de la Fed se propague por el sistema financiero mundial como un temblor de baja intensidad, personas en todo el mundo pueden esperar en los próximos meses pequeños aumentos en lo que pagan por su hipoteca, su tarjeta de crédito y demás deudas.

Todos lo sabían

El aumento en las tasas de interés era esperado por analistas que, a lo largo del año, han venido prediciendo que la FED, como se conoce al banco central, tomaría la medida para evitar que la recuperación de la economía estadounidense resultara en un aumento en la inflación en ese país.

Pero en gran parte del mundo en desarrollo existe preocupación por el posible impacto de la medida en sus economías.

Muchos temen que al elevarse las tasas de interés en Estados Unidos, se acelerela fuga de capitales de las naciones emergentes hacia ese país, buscando mayores rentabilidades.

Se espera igualmente que aumente la fortaleza del dólar, acelerando posiblemente la devaluación de muchas monedas en el mundo emergente, incluyendo las de América Latina, que ahora podrían tener que pagar más en sus monedas locales por bienes importados.

Situaciones que tienen el potencial de agravar los problemas enfrentados por esas economías en desarrollo.

Y en una señal del nerviosismo que todavía persiste frente al futuro y la estabilidad de la economía mundial, el banco central estadounidense hizo hincapié en que espera que los nuevos aumentos de los intereses en meses sucesivos ocurran de manera gradual.

Interés cero

La Reserva Federal, encabezada por Janet Yellen desde 2014, había venido siguiendo las políticas trazadas por su antecesor, Ben Bernanke, en el sentido de mantener las tasas de interés en un nivel cercano a cero.

Particularmente después de la crisis financiera de 2008, el banco central estimó conveniente rebajar al máximo posible el costo del crédito para intentar revivir la economía estadounidense.

Esta economía experimentaba su peor recesión desde la Gran Depresión de la década de 1930.

Sin embargo, en los últimos meses, la economía estadounidense ha venido acelerando su ritmo de crecimiento.

Hasta el punto que ahora algunos temen que pueda empezar a presentarse inflación por el aumento en la demanda por los bienes a medida que se recupera la confianza de los ciudadanos en su economía.

Reacciones

En los primeros minutos después del anuncio de la Fed, el dólar empezó a apreciarse mientras que el euro cayó ligeramente.

La Reserva Federal dio a entender que las decisiones en torno a nuevos aumentos en la tasa de interés en los próximos meses tendrían un caracter gradual.

Pues lo que nadie quiere es que la decisión del banco central ponga fin a una incipiente recuperación económica en Estados Unidos.

Con intereses más altos, el consumo tenderá a bajar.

Lo que, espera la FED, ayude a conjurar el riesgo de inflación.

Por algo, se ha dicho que el papel de la FED es "esconder el trago justo cuando la fiesta se está poniendo buena".

Lo que queda por verse es si la fiesta se pone más tranquila, como quieren las autoridades, o se acaba del todo, como temen los más pesimistas.

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