Tres carillas conforman la carta que envió el presidente de Bolivia, Evo Morales, al Papa Francisco y donde le pide intervenir por la detención de dos militares y siete aduaneros de ese país, quienes se encuentran en Alto Hospicio. 

Una detención que, según Morales, "fue indebida, arbitraria y con excesivo uso de fuerza física por parte de Carabineros de Chile". 

"Conocedor de su gran humanidad y sensibilidad con las situaciones de injusticia que sufren los más débiles, me permito exponer un caso de profundo dolor y preocupación para Bolivia, derivado de la arbitraria detención y enjuiciamiento por parte de Chile, de nueve funcionarios bolivianos que realizaban tareas de lucha contra el contrabando en un incidente fronterizo con ese país vecino", señala el Mandatario paceño. 

En la carta Morales califica la decisión de detener a los funcionarios como una "violación flagrante de sus derechos humanos" y advierte que pese a "las reiteradas solicitudes" cursadas por Bolivia, "Chile se negó a actuar bajo el principio de reciprocidad". Esto recordando el episodio ocurrido en 2016, cuando dos funcionarios de carabineros fueron detenidos temporalmente cuando ingresaron a Bolivia. 

"A nombre del pueblo y el gobierno de Bolivia le ruego interponer sus buenos oficios para la pronta solución de este caso, que en Justicia debe concluir con la liberación de los nueve funcionarios bolivianos", señala. 

Es por ello que califica de "esencial" el envío de un delegado Pontificio de la Santa Sede, que "verifique" en Iquique el estado de los nueve funcionarios. 

Junto con anunciar la solicitud al Sumo Pontíficie, Evo Morales defendió esta mañana la presencia de funcionarios militares de élite en la frontera con Chile. 

 

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