Apenas el comité central del Partido Socialista oficializó su apoyo a Alejandro Guillier como abanderado presidencial en abril pasado, el senador independiente reservó para unos días después una conversación muy privada con Álvaro Elizalde, presidente del PS. Según cercanos al abanderado, Guillier le habría pedido al jefe socialista ser el jefe de su campaña, lo que implicaría, obviamente, consolidar el ingreso del PS como partido fuerte entre lo que hasta entonces le apoyaban. Guillier le habría insistido en reiteradas ocasiones: su idea era replicar la exitosa fórmula de Michelle Bachelet, donde Elizalde era uno de los voceros –junto a Javiera Blanco- en dupla que funcionó y que tuvo proyección posteriormente  ya en el gobierno. El presidente del PS se habría negado a asumir dicho rol, bajo el argumento de que su prioridad era la competencia senatorial por El Maule. Incluso, Guillier le pidió realizar vocerías desde allá, pero este no accedió. En entorno del candidato señalan que el senador resintió la decisión de Elizalde y optó, posteriormente, por privilegiar el diseño de un comando con figuras de su exclusiva confianza, sin “generalísimo”, el que se mantiene hasta hoy.

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